En esta parte del año muchas personas manifiestan que ya ‘no tienen fuerzas’, que están cansadas y que quisieran que el 2021 termine pronto. La sensación de agotamiento no es falsa: con la pandemia las exigencias se incrementaron, por lo que durante el año se hicieron múltiples sacrificios complementarios de las tareas cotidianas. El agotamiento emocional y físico que se acentúa con las fiestas de fin de año se puede reconocer a través de las siguientes manifestaciones:

–Cansancio permanente a nivel físico (sin energías).

–Dolores musculares, de cabeza, de estómago.

–Dificultades para dormir y descansar.

–Desánimo, desmotivación y desgano.

–Sentirse abrumado.

–Irritabilidad con la familia, amigos o compañeros de trabajo.

–Tendencia a evadir actividades en grupo.

–Pérdida del compromiso con el trabajo. Satisfacción laboral baja.

Si identificas alguno de estos indicadores, es necesario visitar a un especialista de la salud mental. Sin embargo, podemos evitar llegar a este punto siguiendo las siguientes sugerencias:

–Organizar mejor el tiempo y encontrar un equilibrio entre el trabajo, las actividades de la casa, las obligaciones y las interacciones con la familia y con los demás.

–Darse un tiempo para sí mismo con alguna actividad que disfrute y le relaje.

–Evitar el esfuerzo extra si es posible.

–La actividad física y el deporte nos ayudan a estar saludables, no solo físicamente, también aportan a nuestra salud mental con la producción de endorfinas.

–Evitar pensamientos negativos.

–Saber poner límites y decir ‘no’ cuando es necesario.

–Reconozca que no es perfecto y que no debe hacer todo perfecto: el mejor esfuerzo es suficiente.

–No se sobre exija: en cambio dese pequeños gustos.

–Elija sus ‘batallas’: no gaste sus energías en vano.

–Trabaje en equipo. Delegue responsabilidades.

–Pide ayuda cuando lo necesite. No sea orgullosa.

Todo lo que pueda hacer por su bienestar físico y mental, y el de su familia, hágalo. Proyecte fuerza para seguir adelante en este último tramo del año.