Desde el 29 de noviembre entró en vigor una nueva regla del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) que indica que esa dependencia federal centrará sus esfuerzos en la captura de los inmigrantes que representan una amenaza para la seguridad del país y de la población.

Ningún inmigrante será deportado solo por no poseer documentos de permanencia legal en este país, incluidos los que hayan cruzado recientemente la frontera ilegalmente –en este caso se considerará si son jóvenes o mayores, para tener en cuenta qué impacto tendría su deportación en el resto de su familia–.

Los agentes del ICE deberán evaluar cada caso en particular para aplicar la deportación. Se considerará, además de sus antecedentes, qué tipo de daño causaron (si es el caso) y si hubo arma de fuego involucrada al momento de su captura.