Los enfrentamientos que dejaron tres muertos en protestas antirracistas (Kenosha y Portland) avivaron el temor de una escalada de violencia mientras el país, profundamente dividido, se acerca a elecciones presidenciales entre un colapso económico, una letal pandemia y la peor agitación social desde la década de los sesentas.

Después de que Donald Trump ganara las elecciones en el 2016, grupos de extrema derecha se han enfrentado, a gritos y con frecuencia, a grupos de izquierda en varias ciudades del país; lo que es nuevo es la mayor presencia de brazos armados en las recientes manifestaciones.

Las armas (casi siempre de grueso calibre) se han hecho particularmente visibles desde el 1 de mayo, cuando cientos de hombres armados con rifles de asalto trataron de entrar al Capitolio del Estado de Michigan para protestar contra las medidas de confinamiento que se establecieron para frenar la pandemia. Esa demostración de fuerza abrió la puerta a nuevos reclutas de la extrema derecha en todo el país, la mayoría populistas, milicianos y conspiradores que apoyan el discurso del presidente Trump.

Con las elecciones presidenciales de noviembre acercándose, la posibilidad de que los extremistas recurran a la violencia política es muy real, advierten los especialistas, especialmente si Donald Trump no consigue quedarse cuatro años más en la Presidencia.

¿Qué podría enfriar la situación? Los expertos coinciden: evitar las narrativas histéricas y los discursos encendidos que difunden teorías conspirativas, por un lado, y por el otro, no apelar a la reacción violenta y la destrucción de propiedad pública y privada.

EL DATO

Consuelo Duval y Adrián Uribe trabajan en ‘Infelices Para Siempre’, un proyecto para la pantalla grande que abordará temas como las relaciones amorosas y la unión familiar.