La probable salida del volante argentino Lionel Messi del Barcelona FC, club catalán que le dio fama, reconocimiento y fortuna, ha provocado gran expectativa en la prensa y en los aficionados en todo el mundo.

Las razones de su comentado hastío en el equipo y sus ganas de abandonarlo no se conocen con certeza, ya que todo lo que se sabe del caso son trascendidos de prensa, suposiciones y teorías. Ningún hecho concreto. Ninguna declaración explícita.

En este caso particular, solo un aspecto definirá el futuro de uno de los mejores jugadores del momento: el factor jurídico contractual. Lo demás son conjeturas de buena o mala intención.

Según la prensa deportiva española, la raíz de la disputa empezó cuando Messi le envió un burofax al club informándoles su intención de irse. Para la dirigencia del Barcelona, la acción no tiene ningún poder de índole legal ya que el volante argentino tiene contrato vigente hasta el próximo año. Más aún: la dirigencia alega que hay una cláusula que impediría que Messi abandone el club sin dejar dinero en las arcas del equipo. Esa cláusula es el nudo que impediría la salida del astro.

Para Messi, se trata de una cláusula especial de rescisión que le permitía decidir qué hacer una vez finalizada la temporada (que ya concluyó) en un plazo de diez días. Dentro de ese plazo, el argentino habría decidido irse con la potestad de hacerlo sin pagar un centavo.

Para la dirigencia que lidera Josep Maria Bartomeu, esa cláusula tenía una fecha específica para invocar su validez: el 31 de mayo, día que, sin pandemia, hubiese concluido la temporada 2019/2020. Messi no la activó, dando vigencia a la multimillonaria ‘cláusula de salida’ de 800 millones de dólares, que tendrá que pagar el equipo que quiera llevárselo.

El embrollo está en el punto de vista jurídico contractual. El 31 de mayo el campeonato español estaba vigente; sufrió una suspensión forzada por la crisis de salud pero luego se reanudó. Los abogados españoles están divididos pero se inclinan a darle la razón a Messi porque su posición cumple con el espíritu de la cláusula, que claramente habla del final de temporada.

Messi podría irse sin dejar un centavo si es que no se hace una negociación de salida que se sustente en la buena voluntad de querer dejarle algo a Barcelona, la institución que lo formó. Si no hay negociación, el Barcelona podría llevar el caso a la justicia española porque el contrato de Messi indica que cualquier diferencia se debe someter a la legislación y a los tribunales españoles.

Un detalle importante que ‘golpea’ los intereses inmediatos del volante. Luego de analizar el contrato del ‘10’ argentino, LaLiga emitió opinión sobre este caso: el contrato del futbolista permanece activo y si algún club quiere contar con sus servicios tendrá que pagar la cláusula de rescisión. Ante esa declaración, ningún club que pretenda contratar los servicios de Messi se arriesgará a enfrentar futuras sorpresas derivadas de una sentencia judicial en contra.

Al cierre de esta nota, Messi faltó al primer entrenamiento oficial del club. Si la situación se repitió en la semana se trataría de una señal clara de que el jugador considera que su contrato terminó. Que las cosas regresen a la normalidad previa al inicio de este dilema dependen de Lionel Messi.

DEBE SABERLO

El Certificado de Transferencia Internacional (CTI) es el documento necesario para la transferencia de un jugador a otra liga. Si el Barcelona le niega el CTI a Messi, éste podría solicitarle un CTI transitorio a la FIFA.