En 2018, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtieron lo siguiente, en un informe titulado ‘Un Mundo en Peligro’: “Nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio que podría matar de 50 a 80 millones de personas y liquidar casi el 5% de la economía mundial. Una pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas. El mundo no está preparado”.

En septiembre del año pasado, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió la misma alerta: una pandemia mundial causada por un patógeno respiratorio letal de rápida propagación era inminente y que el mundo no estaba preparado para afrontarla.

Ningún gobierno del mundo respondió a la advertencia y toda la gran prensa del mundo la pasó por alto.