No todo es lo que parece
REDACCION EL MUNDO | 3/19/2020, midnight
En diferentes países una misma palabra puede significar cosas diferentes. Conocer su uso y significado puede ser un gran reto. Por ejemplo, la palabra ‘zapato’ en México es calzado, pero puede usarse como sinónimo de ‘estúpido’ en Argentina, de ‘feo’ en Colombia y de ‘chismoso’ en Perú.
Desafortunadamente, algunas personas se aprovechan de las diferencias en el significado de determinadas palabras para estafar a la gente, haciéndose del dinero que con tanto esfuerzo han ganado.
Por este motivo, les explico la importante diferencia que hay entre los términos ‘notary public’ aquí en Texas y notario público en Latinoamérica. Son similares pero que tienen significados muy diferentes y no tienen las mismas funciones ni la misma autoridad.
Para ser comisionado como ‘notary public’ por la oficina del Texas Secretary of State la persona no debe ser abogado, sólo debe ser residente de Texas, tener al menos dieciocho años y no haber recibido condena efectiva por un delito menor o grave.
El lector debe entender y recordar siempre que en Texas el ‘notary public’ no puede darle asesoramiento legal ni puede representarlo en ningún tipo de transacción legal.
La ley de Texas es clara: los ‘notary public’ solo pueden estampar su firma en un documento legal para que los tribunales o las agencias gubernamentales lo acepten como genuino, eso es todo. Los ‘notary public’ no garantizan que un formulario se llene correctamente ni que éste sea legalmente válido. El sello y la firma del ‘notary public’ verifica que la persona que firmó el documento es en realidad la persona que dice ser.
La confusión
Un notario público en los países latinoamericanos debe ser un abogado (licenciado en derecho civil) con experiencia de varias décadas de actividad, además de cumplir otros requisitos estipulados en las leyes de cada país.
Los notarios públicos latinoamericanos pueden verificar la valía de documentos legales como acciones, herencias o formularios gubernamentales; también pueden darle consejos sobre las leyes locales y pueden representarlo en los tribunales locales o ante sus agencias gubernamentales. A menudo, los honorarios por sus servicios pueden ser elevados, basados en su amplia experiencia y posicionamiento en el aparato judicial de sus países.
Estos notarios públicos solo pueden proporcionar sus servicios en sus países de origen y no en Texas. Aquí no tienen el poder de hacerlo.
El problema
Hago estas aclaraciones como respuesta y advertencia a los fraudes cometidos contra la población texana, específicamente contra la comunidad hispana, por personas deshonestas que se aprovechan de la confusión de términos.
Ponga atención: algunos ‘notary public’ en Texas se promocionan como notarios públicos que pueden ayudarle con sus trámites migratorios o representarlo legalmente en Cortes de Inmigración. Otros afirman que pueden ayudarle con asuntos de familia, como divorcios o adopciones. Algunos van más allá, afirmando que son capaces de representarle en casos penales. Recuérdelo siempre: para que una persona pueda hacer todo eso en nuestra comunidad debe ser abogado licenciado en Texas.
Qué dice la ley
Para evitar este tipo de fraudes, la ley de Texas ha impuesto restricciones muy específicas a los ‘notary public’ sobre cómo promocionarse.
En primer lugar, es ilegal que las personas registradas en Texas como ‘notary public’ utilicen la palabra ‘notario’ en español o la frase ‘notario público’ en un anuncio publicitario. Si el anuncio está en español, debe incluir una aclaración impresa (en inglés y en español) que diga: “No soy abogado con licencia para ejercer en Texas y no puedo dar consejo legal o aceptar pago por consejos legales”. Si usted no ve esas palabras en un anuncio de servicios notariales, la persona puede estar haciendo algo ilegal y sería prudente denunciarlo ante la oficina del Texas Secretary of State. Ken Paxton
DEBE SABERLO
La ley de Texas permite a los ‘notary public’ cobrar no más de seis dólares por la primera firma y un dólar por cada firma adicional; seis dólares por presenciar juramentos y cincuenta centavos por cien palabras de una declaración. Es difícil imaginar que una persona en Texas tenga que pagar cien dólares
por el aporte de un ‘notary public’, mucho menos miles de dólares.