Los jóvenes no saquearían si tuvieran más en juego


Agencias / Cortesía | 6/11/2020, 11:59 p.m.
Los jóvenes no saquearían si tuvieran más en juego
ESTRÉS. La combinación de creciente desigualdad económica significa que los adultos jóvenes tienen menos probabilidades que nunca de llegar a ganar más que sus padres. Este hecho es un caldo de cultivo de conductas violentas en el corto plazo. |

La gran mayoría de los estadounidenses que salieron a las calles del país han sido manifestantes pacíficos; sin embargo, algunos se volvieron violentos y saquearon tiendas en varias de las principales ciudades e incluso prendieron fuego a edificios públicos y privados. Si bien un pequeño número de ellos corresponde a extremistas de derecha o de izquierda (que intentan provocar disturbios civiles y caos) gran parte de este violento grupo está compuesto solamente por jóvenes descontentos.

Un factor decisivo de ese descontento es la pandemia, que ha mantenido a las mayorías encerradas en sus hogares durante las últimas diez semanas. Además, la combinación de miedo al COVID-19 y las medidas de confinamiento han provocado estragos en los patrones de vida cotidiana desde mediados de marzo: la falta de interacción social tiene un costo emocional. Y los macabros informes diarios de cifras de contagiados y de muertos, cada vez mayores, se sumaron para generar un gran estrés psicológico.

Diversas encuestas y estudios de nivel nacional demuestran que los jóvenes (que nunca han experimentado algo parecido a lo que vivimos hoy) se vieron particularmente afectados por todo esto. Según especialistas en salud mental, la devastación económica provocará que continuen los desajustes.

Por ahora, los ingresos están siendo sustentados por el seguro de desempleo y otros programas de ayuda del Gobierno Federal. Pero la pérdida de empleos, y la enorme incertidumbre sobre qué industrias podrían prosperar tras la pandemia, significa que el futuro económico de los jóvenes es una nebulosa. Eso generará más estrés y frustración en los días que vienen.

Es cierto que los factores económicos no fueron la causa de las protestas: la brutalidad policial sí, pero es posible que algunos jóvenes que se dedicaron a saquear no lo hubieran hecho si hubieran tenido una mayor participación financiera en el sistema.

EL DATO

El desempleo juvenil provocado por el COVID-19 es mayor que en el punto más álgido de la recesión económica que padecimos de diciembre 2007 a junio del 2009.

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