Si se tiene el objetivo de bajar de peso, se debe empezar por disminuir los carbohidratos de la dieta, en especial los llamados ‘azúcares procesados’. A muchos se les hace difícil dejar de comer dulces, postres o alimentos altos en carbohidratos.

Y aunque son estigmatizados y criticados por esa afinidad, el problema no sería solo la falta de voluntad. La adicción a los carbohidratos es un problema que involucra hábitos nocivos y conductas que, cuanto más pronto se detecten, mayores serán las oportunidades de luchar por una mejor calidad de vida.

En este país existe una alta dependencia por los productos procesados que evitan el trabajo de la cocción: sopas instantáneas, puré de papa en polvo, productos para microondas, entre otros. Sin embargo, es muy distinto tener un antojo por carbohidratos a sentir la necesidad incontrolable de ingerirlos. Si la persona justifica el consumo de harinas y azúcares, sufre de una ansiedad incontrolable que casi roza con la adicción.

Muchos alimentos procesados están compuestos por una dosis extrema de azúcar, sal, químicos, grasas insolubles, entre otros. Estos productos deterioran la salud y su consumo excesivo puede producir desde problemas cardiovasculares a cáncer de colon.

Elegir un postre de vez en cuando no le hace a uno dependiente de los carbohidratos; sin embargo, se debe tener presente que el consumo excesivo de azúcar causa que el organismo exija mayor cantidad de insulina, que es la causa principal de la obesidad.

El consumo de bebidas altamente azucaradas como las gaseosas, bebidas energéticas, o los ‘refrescos naturales’ como la limonada (endulzada en exceso) podrían desencadenar la diabetes en tu organismo.

DEBE SABERLO

Exceder la ingesta de carbohidratos como pastas o arroz elevan el nivel de azúcar en la sangre y puede provocar diabetes.

EL DATO

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 2016, más de 1,900 millones de adultos de 18 años o más sufrían de sobrepeso, de los cuales, al menos 650 millones eran obesos.