Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Cuando se presenta un ataque de pánico, la persona puede sentir un miedo intenso con rápida pérdida de control. La percepción es que uno está sufriendo un ataque cardíaco, desatando un mayor temor: morir.

El pánico es un episodio bastante complejo en el que solemos sentir ahogo, mareos, visión borrosa, temor a perder la razón, aceleración del ritmo cardiaco, miedo generalizado. Estos síntomas suelen presentarse de manera conjunta y con alta intensidad; acompañando a toda esta experiencia, surge también el temor (razonable) de que esto podría volver a pasar.

Los ataques de pánico suelen comenzar de forma súbita, sin advertencia. Pueden aparecer en cualquier momento: conduciendo, en un centro comercial, cuando estás profundamente dormido o en medio de una reunión de negocios. Puedes tenerlos ocasionales o frecuentes.

Sin embargo, aun cuando el pánico es muy intenso, su duración es relativamente corta. Si usted o alguien que conoce experimenta pánico, tenga presente que nadie muere de pánico, ya que es una forma extrema de ansiedad, y nadie muere de ansiedad (esto sólo sucedería si hay alguna deficiencia médica o cardiaca previa).

El pánico alcanza el pico de ansiedad de manera muy rápida, y genera mucho temor; no obstante, esta sintomatología también decrece de manera rápida. La persona que lo padece puede regular ese ataque con alguno de estos tres auxilios psicológicos:

– Respiración. La base del descontrol, falta de aire y aceleración cardiaca, no es solo lo que pensamos, sino también, nuestra respiración. Es importante desarrollar formas de respirar largas y pausadas para poder regular los síntomas que aparecen.

– Conciencia plena. La persona puede lograrlo focalizándose en su respiración o en algún estímulo visual que pueda sacarle del círculo de pensamientos que retroalimentan el pánico durante el episodio.

– Prevención. Si sufres de ataques de pánico, es muy importante que puedas buscar ayuda profesional para que puedas desarrollar la mayor cantidad de herramientas posibles para afrontarlo.

Si bien los ataques de pánico son sumamente incómodos, no son peligrosos. Sin embargo, son difíciles de controlar por cuenta propia y pueden empeorar si no se tratan. Si tienes síntomas, busca ayuda médica lo más rápido posible.

DEBE SABERLO

Estos ataques de pánico pueden darse por genética; tener un carácter que es

más sensible al estrés y proclive a las emociones negativas; y por cambios en el funcionamiento de determinadas partes del cerebro.

EL DATO

Es muy importante que las personas que experimenten ataques de pánico o ansiedad se realicen análisis médicos ya que, en algunos casos, podría tratarse de una condición específicamente médica y no psicológica.