Diferentes estudios, como el de la consultora Security Baron, calificaron a Austin como la ‘ciudad más segura en Texas’; y para el portal safewise.com la capital texana fue alguna vez la octava área metropolitana más segura del país. Esa era la percepción hace unos meses.

La realidad actual es distinta. Según un reciente reporte del Wall Street Journal, Austin ocupa el primer lugar, a nivel nacional, de las ciudades que han registrado un aumento porcentual anual de homicidios desde que comenzó la pandemia.

A pesar de la alarmante novedad, el pasado 13 de agosto, el Concilio de la Ciudad de Austin aprobó por unanimidad un presupuesto de 4.2 mil millones de dólares, con un recorte de 150 millones al dinero destinado al Departamento de Policía de Austin (APD), dinero que será utilizado en programas sociales, de salud, de vivienda y en recursos comunitarios. El millonario recorte equivale a un tercio del presupuesto anual del APD, lo cual ha generado desconcierto y preocupación en la población ante la probabilidad de que la eficacia policial sufra un duro golpe, en desmedro de la comunidad.

Según el gobierno de Austin, aproximadamente 20 millones de dólares serán eliminados inmediatamente de los fondos del APD. Brian Manley, jefe de esa dependencia, aseguró que esa decisión cancelará ciento cincuenta puestos vacantes para agentes de policía y las próximas tres promociones de cadetes, así como entrenamientos de rutina, horas extras, entre otras medidas.

El Ayuntamiento reinvertirá esos 20 millones en viviendas y en servicios de apoyo permanente para los indigentes; también programas de salud mental, servicios médicos de emergencia vinculados al COVID-19, refugio y protección para las víctimas de la violencia doméstica; en programas para la prevención de delitos, desarrollo de la fuerza laboral, entre otros rubros sociales.

El remanente del recorte presupuestal del APD se dará a lo largo del año fiscal, reubicando varias funciones de la entidad policial a terceros, además de proporcionar formas alternativas de seguridad pública y de apoyo comunitario.

“Las nuevas inversiones se centrarán en las causas del delito. Este presupuesto responde a las preocupaciones expresadas en toda la comunidad y encarna nuestros valores como ciudad. Comienza así el trabajo fundamental de cambiar la cultura, prevenir el crimen y permitir que nuestros oficiales de policía se concentren en el crimen, con el objetivo de hacer de Austin una ciudad más segura”, aseguró Steve Addler, alcalde de Austin.

La opinión del alcalde no la comparte el Gobernador Greg Abbott, quien expresó su descontento con el recorte al APD: “Algunas ciudades se centran más en las agendas políticas que en la seguridad pública. La decisión de Austin pone a los valientes hombres y mujeres del Departamento de Policía de esa ciudad, y a sus familias, en mayor riesgo. La seguridad pública es el primer trabajo de las autoridades y Austin abandonó ese deber”.

DEBE SABERLO

La drástica decisión de redirigir los fondos del APD se da en respuesta a las continuas protestas locales contra la brutalidad policial que se han visto en las últimas semanas.

EL DATO

Austin es el área metropolitana con mayor crecimiento en el país, por lo que el recorte en el presupuesto del APD causa incertidumbre y desconfianza entre muchos residentes.

LAS CIFRAS

En junio del 2020, Austin registró un incremento de homicidios de 64% respecto de junio del 2019. Y en julio pasado se reportaron 28 homicidios, cinco más que en julio del 2019.