El COVID-19 no es selectivo respecto de las personas a las que contagia, así que, ¿por qué los datos de algunas zonas del país sugieren que mata más a los afroamericanos? Los expertos dicen que esa comunidad resulta mucho más afectada que el resto por enfermedades subyacentes vinculadas a la pobreza (diabetes, presión arterial, asma) y, a menudo, tienen dificultades para acceder a las pruebas y los cuidados sanitarios. Esas enfermedades crónicas pueden agravar el daño provocado por el COVID-19.

De momento no hay estadísticas nacionales sobre el COVID-19 diferenciadas por razas, pero un patrón de sobrerrepresentación de los afroamericanos ha aparecido en los Estados o las jurisdicciones que comparten esa información. Por ejemplo, en Chicago (Illinois), el 68% de las muertes por coronavirus fueron de afroamericanos, que apenas representan al 30% de la población de esa ciudad. La tendencia se repite en Carolina del Norte, Louisiana, Michigan, Wisconsin y Washington DC.

Se teme además que, al ser históricamente comunidades con escaso acceso a la atención sanitaria, los afroamericanos y grupos como los latinos tendrán menos posibilidades de ser sometidos a pruebas de coronavirus, que son vitales para recibir tratamiento a tiempo.