Muchas personas consumen o recomiendan medicamentos para aliviar dolencias y malestares sin tener conocimientos médicos, poniendo en riesgo su propia salud o la de sus familiares o amigos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de los medicamentos que se consumen a nivel mundial se prescriben, dispensan o venden de manera inapropiada, además de que el 50% de los pacientes no toma sus medicamentos correctamente.

Existen diversos factores que impulsan la práctica de la automedicación: la falta de acceso a servicios de salud, el hábito social, el contar con medicinas en casa y el haber recibido medicación por recomendación de allegados. Sin embargo, en cualquier situación, es importante tener en cuenta que no contamos con la información suficiente para tomar buenas decisiones sobre nuestra salud.

Entre los principales riesgos que corre una persona tras hacer uso irracional de medicamentos se encuentran la posibilidad de anular los efectos de otros medicamentos, generar resistencias, no saber si se está consumiendo la dosis adecuada y la aparición de reacciones adversas, lo que puede incrementar el riesgo de morbilidad y mortalidad.

La situación más común en la automedicación es la compra indiscriminada de antibióticos ante síntomas de enfermedades comunes como gripes, resfríos y diarreas, que al ser ocasionadas por virus y no por bacterias, no necesitan ser tratadas con antibióticos. Por el contrario, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), esto tendría como consecuencia que muchos gérmenes se hagan resistentes a los antibióticos, teniendo como resultado tratamientos ineficaces y costosos, además de efectos indeseados en la salud de la población.

En el caso del COVID-19, la enfermedad infecciosa que se ha convertido en una preocupación global, es necesario que la población sepa que aún no existe vacuna ni medicamento antiviral específico para prevenirla o tratarla. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas, mientras que aquellas personas que presentan casos graves de la enfermedad deben ser hospitalizadas.

Finalmente, la OMS advierte que la automedicación es dañina. Y en el caso específico del COVID-19, las formas más eficaces de protegerse (uno mismo y a los demás) es lavándose las manos con frecuencia, cubrirse la boca con el codo o con un pañuelo de papel al toser y mantener una distancia de (al menos) tres pies con las personas.

EL DATO

Se debe consumir antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional de salud certificado.