Viajar en familia es una tradición turística que refuerza los lazos de amor entre sus integrantes, además de potenciar las interacciones necesarias entre los familiares que participen del viaje, tras meses de mucho trabajo y poca comunicación. Para realizar una excursión familiar, el destino desde ser del gusto de todos y debe ofrecer diversas actividades para que la experiencia sea satisfactoria.

Viajar supone un cambio que conduce a la familia a entablar una mayor complicidad. Durante la rutina de viaje familiar, las interacciones tiene un propósito común, son instantáneas y tiene un solo enfoque: pasarla lo mejor que se pueda. El diálogo entre seres queridos se vuelve más fluido y los conflictos y las discusiones se resuelven con mejor humor. Cualquier viaje, ya sea de un par de días o de una semana entera, proporciona a los niños o adolescentes experiencias inolvidables, y les ayuda a abrir la mente y a ver las cosas con otra perspectiva.

EL DATO Un viaje en familia supone retos de convivencia que se deben superar entre todos. La capacidad para tomar los acontecimientos con calma será una prueba constante.