El gobierno mexicano, liderado por el izquierdista Andrés López, ofreció asilo político al expresidente boliviano Evo Morales y éste aceptó argumentando que fue víctima de un ‘golpe de Estado’. De inmediato, México ordenó el despliegue de un avión de las Fuerzas Armadas en un periplo que lo llevó por varios países sudamericanos, sorteando negativas de aterrizaje o de permisos de paso por espacios aéreos. Antes de la llegada de Morales a territorio mexicano (en la foto con Marcelo Ebrard), al menos veinte exfuncionarios bolivianos se acercaron a la residencia oficial de México en La Paz pidiendo asilo político.