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La desgastante relación tóxica


Agencias / Cortesía | 11/7/2019, midnight
La desgastante relación tóxica
ALÉJATE. Una relación tóxica es dañina para la salud. Terminar con esa persona para evitar avinagrarse la vida es quererse. |

Las relaciones de pareja son una experiencia que permite (a la mujer y al hombre) reconocer un aspecto humano de la personalidad, pero cuando ésta es negativa afecta directamente el desarrollo psicosocial y la dinámica familiar. Por lo tanto, es importante elegir bien a la persona que tenemos a nuestro lado si queremos convivir sanamente en un romance que nos permita crecer. A continuación, un repaso a las características que deberías tener en cuenta para reconocer si estás en un vínculo que inició como un romance pero se convirtió en una experiencia poco saludable.

Inestabilidad emocional y social. La emoción principal en el ser humano en cada una de sus relaciones sociales es el amor y contrariamente a la emoción de amor está la emoción de ataque, presente en toda relación tóxica de pareja. Esto conlleva a conductas agresivas que violan la legitimidad del otro y que se dan de forma intermitente, generando inestabilidad y desbalance.

Bajo amor propio. El maltrato afecta el autoestima de uno de los integrantes de la pareja y esto se presta para sentirse constantemente juzgado o evaluado. A partir de eso, aparecen los sentimientos de inseguridad y desconfianza.

Pensamiento dicotómico. Pasa cuando la pareja tiende a categorizar las situaciones en extremos (todo o nada), sin tener en cuenta aspectos intermedios. Esto deriva, en el peor de los casos, en el aislamiento de uno de los integrantes de la pareja en una burbuja en la que abundan son los problemas sin resolver y no las verdaderas soluciones.

Dependencia. Los individuos tienen una necesidad intensa de apoyo por parte del otro integrante de la pareja para ser felices y ‘sobrevivir’. Esto indica una excesiva búsqueda de aprobación y dependencia. Esto provoca que surjan conductas dictatoriales y controladoras, marcando el inicio de los conflictos de forma dramática, de las fantasías, de las esperanzas mágicas, de las obsesiones y de las discusiones absurdas.

Sumisión. Cuando uno en la pareja es dominante, lo más probable es que la otra parte se inhiba y se deje dominar. El dominado adquiere acciones y sentimientos que dificultan la comunicación espontánea con el fin de evitar la desaprobación de su pareja. La toxicidad radica en el modo de abordar, interpretar y actuar en la relación afectiva.

EL DATO

Las parejas que tienen una relación tóxica permanecen la mayor parte del tiempo experimentando sentimientos de malestar general que afectan su estabilidad emocional.

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