La ablutofobia es un tipo de fobia específica que se caracteriza por temer las situaciones relacionadas con lavarse o bañarse. Por tanto, puede traer serias consecuencias antihigiénicas para la persona que sufre esta patología.

Las investigaciones sugieren que la ablutofobia es más común en las mujeres y niños, aunque a edades tempranas son muchos los niños que sienten cierto miedo a bañarse. Este problema no se considera una fobia a menos que dure más de seis meses o continúe en la adolescencia y la edad adulta.

Las causas del padecimiento de la ablutofobia derivan de un hecho traumático temprano. Puede desarrollarse si los padres obligan al niño a bañarse utilizando la fuerza, porque estos pueden asociar al baño con la infelicidad y la agresividad de sus padres.

Sin embargo, los hechos traumáticos vividos por la persona no son la única manera desarrollar la fobia. Puede ocurrir que las personas aprendan una fobia por observación. Por ejemplo, cuando un niño observar a un adulto entrar en pánico al momento de bañarse.

Un psicólogo puede ayudar al paciente a lidiar con la ablutofobia. Generalmente se emplea la terapia cognitivo conductual, que utiliza diferentes técnicas. Las más frecuentes y útiles en estos casos son las técnicas de relajación y las técnicas de exposición. El tratamiento cognitivo conductual es muy eficaz a la hora de intervenir este tipo de alteraciones. Este se basa en exponer al individuo de forma gradual a sus elementos temidos, es decir, a las situaciones de baño o lavado. De este modo, mediante la exposición, la persona es capaz de superar sus miedos.

EL DATO

Las personas con ablutofobia experimentan una variedad de síntomas, físicos y fisiológicos como náuseas, sudor, temor, temblores, dolor de cabeza o mareos.