Han pasado catorce años desde que Josep Guardiola rechazó al Manchester City como jugador. No aceptó el contrato de seis meses que le ofrecieron en el 2005 y se marchó a terminar su carrera profesional en el Dorados de Sinaloa (México). Años después, en el 2016, Pep dijo ‘sí’ para dirigir al equipo celeste. Tres temporadas después, la relación entre el City y Guardiola se consolida con cinco títulos, el más reciente el de la Premier League, nada menos. Ese fue el campeonato número 26 del catalán en diez temporadas como entrenador, y el 18 de mayo va por uno más para su colección: enfrentará al Watford en la final de la Copa FA.

Los títulos son la lógica consecuencia de su exitoso trabajo. Con Pep en el banco, Manchester ha pasado a ser una ciudad dominada por el celeste del City.