La importancia de la vacunación fue puesta en duda, desde hace casi una década, por los padres de familia que, movidos por motivos religiosos o por total desinformación, hicieron que ese ‘movimiento’ tenga una decisiva influencia en la salud de los niños. Para la Organización Mundial de Salud (OMS) estas personas no tienen fundamentos científicos para oponerse a las inmunizaciones. Para la entidad internacional, la tendencia que se opone a las vacunas se basa en mitos y falsedades como estas:

– Si la enfermedad no está en el país, no necesito vacunarme. Los agentes infecciosos van de un lado a otro, en un mundo tan globalizado como en el que vivimos millones de personas cruzan fronteras y pueden enfermar a quien no esté listo.

– Las vacunas causan autismo. El más grande mito surgió por un estudio publicado en Italia en 1998. En éste se indicaba que la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubiola) tenía relación con el autismo. Sin embargo, luego se conoció que la investigación fue hecha a base de falsedades, estaba parcializada y carecía de fundamentos científicos.

– Es mejor enfermarse que vacunarse. Para las personas que se oponen a las vacunas, el organismo puede reaccionar bien a los virus de una enfermedad. Sin embargo, esa decisión es riesgosa y podría ser mortal. Si el sistema inmunitario no reacciona de la manera correcta, el enfermo puede tener una discapacidad o morir.

– Es peligroso para niños. No existe un estudio que demuestre que las vacunas tienen un efecto secundario. Lo cierto es que el mismo día de la vacunación ésta puede generar fiebre y molestias, pero nada más.

EL DATO

La vacuna es la prevención en sí. Lo mejor es vacunarse para evitar la propagación de cualquier enfermedad que se creía extinta.

DEBE SABERLO

Las vacunas salvan la vida de más de tres millones de personas al año.