Los avances en la tecnología de los teléfonos inteligentes han provocado el crecimiento de la ‘conducción distraída’, que se ha convertido en un peligro generalizado en las carreteras. Aunque se registró una disminución del 8% en los accidentes provocados por conductores distraídos en todo el Estado entre el 2016 y el 2017, la cifra todavía es alta: 100,000 choques provocados por este déficit de atención.

Según un ranking elaborado por la consultora ValuePenguin el Condado Travis ocupa el sexto lugar en la lista de los peores grandes condados de Texas cuando se trata de conductores distraídos. El primero es el Condado Bexar en San Antonio.

Para el Texas Department of Transportation la ‘conducción distraída’ tiene que ver con las actividades que perjudican la atención del conductor en la carretera, como: enviar mensajes de texto; hablar por teléfono; comer y beber o maquillarse o afeitarse mientras se conduce; leer; ver imágenes de video en un reproductor portátil; programar el sistema de navegación y manipular la radio con el vehículo en movimiento.