Hay noches en las que tenemos ganas de dormir, pero no podemos hacerlo porque el insomnio se apodera de nosotros. Sin embargo, hay formas de conciliar el sueño:

– Elimina el miedo al insomnio. Las personas con insomnio tienden a desarrollar el temor de perder la habilidad de dormir o de no poder realizar las actividades y responsabilidades del día siguiente. Elimina ese temor. Así dormirás y también cumplirás con todas tus responsabilidades, pues el organismo es capaz de cambiar malos hábitos.

– Acorta las horas de dormir. Si pasas más horas en la cama de las que duermes, tendrás la idea de que no dormiste lo suficiente y extenderás aún más el tiempo de estar en tu cama y no dormir más. Lo mejor es ir a dormir un poco más tarde, y levantarte a la misma hora todos los días. Después de unas semanas de aplicar esta rutina, tu cuerpo se acostumbrará al nuevo horario y dormirás profundamente y mejor que cuando dabas vueltas en la cama.

– Evita pensar que debes dormir. Esto es muy frecuente y mientras más te concentres en este pensamiento, el sueño se despejará y no dormirás. Relájate. Lee un libro, escucha música suave, para que el sueño se produzca naturalmente.

– Que la rutina funcione. Parece intrascendente, pero si haces lo mismo cada noche y luego te acuestas a dormir, el cerebro asociará dicha rutina con el sueño. Algunas personas tienen rituales antes de dormir, ponerse el pijama, cepillarse los dientes o leer. Mientras lo hacen se van sintiendo relajados.

– Relájate. La última actividad antes de dormir es muy importante, puedes dedicarla a conversar con tus hijos o un familiar, un juego de mesa o un hobby. Otra opción es salir a caminar o pasear a la mascota. Luego toma un baño de agua tibia, esto es básico porque hace una descarga de iones que se acumulan en el cuerpo por el estrés diario.