Estos hábitos aceleran el envejecimiento en cada persona
Agencias / Cortesía | 7/25/2019, midnight
La aparición de arrugas, manchas, signos de expresión marcados en el rostro, manos o diferentes partes del cuerpo, son señales que no solo responden al factor edad, ya que estas imperfecciones de la piel pueden generarse debido a la práctica constante de malos hábitos.
El proceso lento o acelerado del envejecimiento dependerá de diversos indicadores, como por ejemplo llevar una dieta adecuada o realizar ejercicio regularmente.
1. Dormir con maquillaje.
Por la noche la piel regenera sus células y al permanecer cubierta con productos, los poros no respiran de manera correcta, lo cual genera además la aparición de acné.
2. Uso constante del celular.
La luz producida por los equipos móviles acelera la pigmentación y el proceso de oxidación de las células de la piel.
3. Beber alcohol en exceso.
El consumo de este ocasiona el límite en la producción de la vitamina A, responsable de mantener la flexibilidad y firmeza del rostro.
4. Mal manejo del estrés.
La mejor manera de minimizar el estrés y,por lo tanto, el envejecimiento,es vivir de forma saludable,dormir bien y tener una rutina de trabajo agradable y adecuada.
5. La vida sedentaria.
El no hacer suficiente ejercicios aumenta la probabilidad de desarrollar prematuramente enfermedades como la diabetes, cáncer, hipertensión y osteoporosis. Para moverte, es ideal es que hagas ejercicio del tipo aeróbico, y cardiovascular.
6. Fumar.
El tabaquismo expone a la piel a diferentes enfermedades y le da un aspecto más envejecido.
7. Mala alimentación.
El exceso de grasas, dulces y frituras repercuten en la elasticidad y tonicidad de la piel,provocando la aparición de arrugas.
8. Subir y bajar de peso intempestivamente.
Los cambios en el peso hace que la piel esté sometida a estiramientos rápidos y luego a bajones de peso que hace que la piel pierda elasticidad y eventualmente aparezcan estrías y flacidez.
9. Evitar el desayuno.
Causa la disminución del nivel de azúcar en sangre, y genera un suministro insuficiente de nutrientes en el cerebro. El cuerpo reacciona consumiendo sus propias proteínas, se ‘autodevora’ lo que disminuye el colágeno, que a su vez causa arrugas, flacidez y envejecimiento prematuro.