A medida que se aproximan las elecciones del 2020, el presidente Trump centra su discurso y su estrategia política en la inmigración como un asunto clave, asegurando que el número de migrantes que cruzan la frontera sur plantea una crisis de seguridad nacional. Los informes de condiciones insalubres y a veces peligrosas en los centros de detención de indocumentados en la frontera sur alimentaron el debate sobre el tema migratorio en el país.

Para afrontar esta supuesta crisis, en junio pasado, el Congreso de la Unión aprobó un proyecto de ley que concedió 4,600 millones de dólares a las autoridades federales encargadas de lidiar con el problema. Sin embargo, mientras el número de detenciones en la frontera sur aumentó en los últimos dos años, la cifra de indocumentados en Estados Unidos desciende, según un análisis del Pew Research Center.

Analizando datos de 1999 a 2017 de la Oficina del Censo, Pew reportó un declive en el total de la población indocumentada. Después de registrar la alta cifra de 12.2 millones de inmigrantes indocumentados en 2007, el número total en 2017 cayó en casi dos millones.

Pew atribuye esa disminución a que los indocumentados procedentes de México han regresado a su país.

La salida del país de inmigrantes mexicanos significa que, por primera vez en décadas, ya no son la mayoría demográfica de reside en este país, según Pew, aunque todavía son una parte importante de la población migrante.