Se formó en el Fortaleza Esporte, brilló en Gremio y se consolidó en la selección brasileña. Es Everton Sousa Soares (23), es un ejemplo a seguir, un hombre humilde que ha dado pasos gigantescos en su carrera profesional. Sobre sus venas corre el ADN del Scratch y el hambre de gloria también. Y el campeonato logrado por Brasil en la Copa América solo le impulsa hacia la meta final: la consagración total en un Mundial.

El delantero de Gremio cayó como una gota de esperanza sobre la selección brasileña tras la ausencia de Neymar en el pasado torneo continental de selecciones; convirtiéndose en una pesadilla para las demás selecciones, que poco pudieron hacer ante tanta virtud ofensiva. Se consagró como el goleador del torneo y le dio el título a su país.

Gracias a su notable actuación le han llegado numerosas ofertas desde Europa. Es inevitable que juegue en las mejores ligas. Muy joven y con una larga carrera por delante, Everton aún tiene muchas más páginas por escribir.