La fibrosis pulmonar es una enfermedad crónica y progresiva, que consiste en la formación de cicatrices en el tejido pulmonar. El riesgo de contraer esta afección se incrementa notablemente con la edad y a la vez con ciertos factores: exposición a gases tóxicos, fumar, problemas reumatológicos, infecciones, entre otro más.

Cada paciente presenta diferentes síntomas de esta enfermedad, pero por la forma y la gravedad con la que se presenta se puede considerar los siguientes indicios: Dificultad para respirar; tos seca y persistente; fatiga; pérdida de peso y apetito inexplicables; sonidos de desgarre al respirar; cianosis: coloración azulada en la punta de los dedos; dolor e inflamación en los músculos y articulaciones; punta de los dedos ensanchados y redondos.

Los daños que ocasiona este padecimiento sobre los pulmones son irreparables. No existe una cura o tratamiento definitivo que reduzca el daño de esta enfermedad sobre los pulmones, ya que las cicatrices que deja dentro del órgano son irreversibles. Los especialistas recetan medicamentos que ayudan a demorar el avance de la fibrosis, haciendo que la esperanza de vida del paciente aumente.

Esta enfermedad no es contagiosa, ya que las cicatrices se desarrollan en los tejidos del pulmón, lo que hace imposible su transmisión a terceros.

Si se detecta la presencia de los síntomas mencionados, debe acudir de inmediato a consultar con un especialista en neumología. Dentro de las pruebas que se le realiza al paciente están: análisis de sangre, imágenes radiográficas, examen de función pulmonar, hasta biopsia, si el estado es avanzado.