Robo de combustible creció por desinterés político


Agencias / Cortesía | 1/24/2019, midnight
Robo de combustible creció por desinterés político
INMENSO. Son dos grandes problemas los vinculados al descomunal robo de combustible: Los delitos de cuello blanco, que han cometido durante años funcionarios de altos niveles, y el tema del ‘huachicoleo’. También existe el problema del sindicato petrolero, que ha recogido muchos recursos de Pemex sin demasiada transparencia. |

El robo de combustible a Petróleos Mexicanos (Pemex), que ha provocado la primera gran crisis del presidente Andrés López, es un problema histórico propiciado por la corrupción, la impunidad y los tentáculos del narcotráfico, según la periodista Ana Lilia Pérez, quien durante veinte años ha estudiado a Pemex.

Pérez asegura que durante décadas Pemex (creada en 1938 con la nacionalización del petróleo) fue usada por sus directores como una fuente inagotable de dinero que gastaban en lujos personales, que generó un efecto cadena en el resto de empleados, que incubaron la lógica de que si los altos mandos robaban, ellos también podían robar. El ‘modus operandi’ que describe la periodista evidencia las altas cotas de corrupción existentes en México.

Según Pérez, la sustracción ilegal de combustible comenzó en la década de los ochentas como un ‘robo hormiga’ en terminales de almacenamiento y refinerías por parte de los trabajadores de esa entidad estatal. El problema fue creciendo y ya a finales de los noventa se empezó a sustraer hidrocarburo prácticamente desde las plataformas, un robo que se explicaba oficialmente como ‘merma natural por evaporación’.

En la zona norte y la del Golfo de México, Los Zetas y el cártel del Golfo conformaron una alianza (llamada La Compañía) para robar condensado de gas a lo largo de toda la Cuenca de Burgos. Muchos empleados trabajaban voluntariamente para el narcotráfico, pero otros tantos eran amenazados de muerte para cooperar.

En el sexenio de Vicente Fox (2000/2006), el robo de hidrocarburos se vinculó al crimen organizado, y la problemática continuó con el sexenio de Felipe Calderón (2006/2012), pese a estar perfectamente identificado.

A la perforación de ductos y la sustracción de petróleo (‘la ordeña’, como se conocen en México) se sumó toda una infraestructura paralela. El crimen organizado incluso llegó a instalar sus propios ductos que conectaban con Estados Unidos.

La actividad criminal creció en las oficinas corporativas y en las zonas de operación, y prosiguió operando y fortaleciéndose. Así, además del noreste de México, el saqueo se extendió a muchos más estados.

AMLO

La llegada de Manuel López a la presidencia de México ha supuesto un combate frontal a este ingente robo, que en 2018 conllevó pérdidas para la compañía por 3,435 millones de dólares. A esta gran crisis se le suman problemas de Pemex como la caída de la producción, el recorte presupuestario u otros casos de corrupción que implicaron a altos directivos como el ex director general Emilio Lozoya (2012/2016), relacionado con el escándalo Odebrecht.

Para disminuir el nivel de sustracción delincuencial, la Administración López ha reforzado la vigilancia en ductos con más de 8,000 militares y se ha cambiado el modelo de suministro de Pemex a las gasolineras, moviendo el hidrocarburo por pipa (camión cisterna) en lugar de por tubos, y ocasionando escasez de gasolinas en al menos diez estados, incluida la Ciudad de México.

EL DATO La periodista Ana Lilia Pérez es autora del libro "El cártel negro. Cómo el crimen organizado se ha apoderado de Pemex" (Grijalbo, 2011).

Also of interest