En mayo pasado, el Departamento de Estado anunció nuevas normas según las cuales los que quieran una visa estadounidense deben llenar un formulario con todos los nombres y seudónimos que usan en veinte distintas redes sociales en los últimos cinco años. La norma, según el Departamento, fortalecerá el proceso de vetar a los solicitantes y confirmar su identidad.

La disposición no cayó bien en las organizaciones documentalistas Doc Society e International Documentary Association que demandaron al Gobierno Federal porque esa información será almacenada indefinidamente e incluso compartida entre las distintas agencias del Gobierno Federal.

Esta norma migratoria está causando temor entre muchos extranjeros ante le sospecha de que su información será recabada y usada indebidamente por delincuentes en la Internet. Algunos temen expresarse francamente por temor a que sus mensajes sean objeto de represalias en Estados Unidos.

La demanda destaca que el Departamento de Seguridad Nacional ya usó información tomada de las redes sociales para identificar amenazas y filtrar a los candidatos para visas, pero un reporte interno del 2017 halló que el proceso no demostró que el escrutinio de las redes sociales sea una herramienta eficaz en estos casos.

En meses recientes, regímenes autoritarios y otros abusadores de derechos humanos, entre ellos algunos aliados estadounidenses, han usado información tomada de redes sociales para identificar, localizar y detener a activistas de derechos humanos, periodistas y disidentes políticos, y en algunos casos, para ordenar su asesinato.