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Terrible imputación


Agencias / Cortesía | 8/15/2019, 10:29 p.m.
Terrible imputación
DECEPCIÓN. El tenor Plácido Domingo, figura tremendamente respetada en el mundo artístico, enfrenta las acusaciones de nueve mujeres, que aseguran que el español las acosó sexualmente y les hizo propuestas indecorosas. |

Considerado uno de los mejores cantantes de ópera de todos los tiempos, Plácido Domingo (78), también director de la Ópera de Los Ángeles, ha sido señalado por nueve mujeres de presunto acoso sexual, un ‘secreto a voces’ para varios miembros del mundo de la lírica.

Ocho cantantes y una bailarina han relatado que fueron acosadas sexualmente por el artista en encuentros que tuvieron lugar durante tres décadas a partir de finales de la década los ochentas, en lugares que incluían compañías de ópera donde ocupaba altos cargos. Una de las mujeres aseguró que Domingo le pasó la mano por la falda y otras tres afirmaron que les forzó a besarle en los labios: en un vestidor, en una habitación de hotel y en una reunión para almorzar.

Además de estas nueve mujeres, otra media docena de mujeres aseguran que las proposiciones del tenor las incomodaban, incluida una cantante que dijo que la invitó a salir varias veces después de contratarla para que cantara una serie de conciertos con él en 1990.

A estos testimonios se unen los de casi tres docenas de cantantes, bailarines, músicos de orquesta, integrantes del personal de detrás del escenario, profesores de canto y un administrador que aseguraron haber presenciado un comportamiento sexual inapropiado de parte de Plácido Domingo, a quien le atraían las mujeres más jóvenes.

En su defensa, el artista emitió la siguiente declaración: “Las acusaciones de estas personas anónimas que se remontan hasta tres décadas atrás son profundamente preocupantes y, tal como se presentan, imprecisas. Aún así, es doloroso oír que he podido molestar a alguien o hacerles sentir incómodos, da igual cuánto tiempo haga de ello y a pesar de mis mejores intenciones. Creo que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre aceptadas y consentidas. La gente que me conoce o que ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que pueda hacer daño, ofender o avergonzar a alguien de manera intencionada”.

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