Encontrar seguido a tu pareja chateando o mensajeando a una ‘amiga’ no es normal. La infidelidad virtual sí existe y es mucho más peligrosa de lo que imaginas, porque los momentos alegres ya no van dirigidos a la pareja, sino a otra persona. Además, esa conexión virtual se vuelve dañina porque se convierte en un hábito que parece inofensivo.

No todas las conversaciones son parte de una infidelidad, pero las que tienen estas características sí lo son: constantes halagos seductores; comunicación cariñosa y durante todo el día, incluso madrugadas; el intercambio de chats a escondidas y de corte erótico o afectuoso; coqueteo y mensajes subliminales; e invitaciones a salir.

Este tipo de infidelidad es mucho más potente, porque se basa en la idealización de la persona, ya que no empieza por un contacto físico, sino por uno mental. Tu pareja te engaña (o está a punto de hacerlo), si: cambia constantemente la clave de su celular; apaga la computadora o baja su móvil si tu estás cerca; borra sus chats; presta mucha atención al celular; o cuando se conecta mientras tu estás durmiendo.