La incontinencia urinaria es la poca capacidad de contener la orina. Este padecimiento se da porque, por diversas razones, se pierde el control de la vejiga como consecuencia de que los músculos que la conforman están muy activos o muy débiles o porque se tiene problemas neurológicos.

Cuando se da la pérdida involuntaria de la orina por el simple hecho de levantarse, estornudar, reír o hacer algún esfuerzo, es porque la vejiga tiene debilidad y ello impide que se mantenga cerrada. Y si a pesar de tener pocos niveles de orina se siente la gran necesidad de ir a los servicios higiénicos, entonces se padece de vejiga hiperactiva.

Debido al paso de los años, la vejiga se desgasta y disminuye su capacidad de retención. Cuando las mujeres llegan a la menopausia dejan de producir hormonas que ayudan a conservarla en buenas condiciones. Los hombres mayores sufren de incontinencia urinaria debido al agrandamiento de la glándula prostática.

En las mujeres, el embarazo y el parto originan cambios hormonales y aumento de peso, factores que pueden provocar la debilidad muscular de la vejiga.

El diagnóstico de un especialista es fundamental, ya que puede indicar un tratamiento farmacológico o quirúrgico que es mínimamente invasivo y que tiene una eficacia del 90%. Es recomendable que este tratamiento sea acompañado de consultas psicológicas que ayuden al paciente a enfrentar este padecimiento y no tenga alguna consecuencia ya mencionada.