Entre 2006 y 2016 se hallaron en México casi 2 mil fosas clandestinas (equivalente a una cada dos días) en uno de cada siete municipios del país. En estas sepulturas clandestinas, según la investigación ‘México País de Fosas’, las fiscalías recuperaron 2,884 cuerpos, 324 cráneos, 217 osamentas, 799 restos óseos y miles de restos y fragmentos de huesos que corresponden a un número aún no determinado de individuos. Del total de estos restos, únicamente 1,738 de las víctimas han sido identificadas.

A partir de 2006 se dio el crecimiento exponencial en el número de fosas. Para 2007 el número de escondites de cuerpos subió a 10; en 2010 la cifra anual ya era de 105 fosas, en 14 entidades; en 2011 fue de 375 en 20 estados, y a partir de 2012 los hallazgos de entierros clandestinos, por año, no han bajado de 245.

Los estados con el mayor número de fosas exhumadas entre 2006 y 2016 son: Veracruz (con 332), Tamaulipas (280), Guerrero (216), Chihuahua (194), Sinaloa (139), Zacatecas (138), Jalisco (137), Nuevo León (114), Sonora (86), Michoacán (76), y San Luis Potosí (65). Otras ciudades que incrementaron la aparición de fosas en el mismo periodo de tiempo son Ciudad Juárez, Acapulco y Durango.