La tercera podría ser la vencida
Agencias / Cortesía | 5/24/2018, midnight
El veterano izquierdista Andrés Manuel López Obrador (64) corre primero hacia las elecciones del 1 de julio. En su afán por ganar la presidencia de México, ha prometido acabar con la corrupción, pero sabe por experiencia propia que cumplir esa promesa no será fácil. Por eso trata de suavizar su estilo confrontacional criticado por sus opositores y detractores, que lo llaman ‘populista’.
El político socialista es un viejo conocido en la política mexicana, ya que buscó la presidencia en 2006 y 2012.
Originario de Tabasco y alguna vez afiliado al hegemónico PRI, después al PRD y ahora de Morena, el partido que él mismo fundó, López Obrador es una figura que polariza opiniones. En Austin y en el Centro de Texas, esa concentración de puntos de vista se aprecia claramente en Facebook y Twitter. En líneas generales, para sus simpatizantes es un hombre honesto y sencillo, una opción viable y honesta; para sus detractores es autoritario, demagogo, mesiánico y un potencial peligro de ruina para el país.
Quienes lo conocen aseguran que es muy religioso pero también que se proclama fiel al prócer Benito Juárez, padre del férreo Estado laico mexicano. Por eso se especula si es católico o protestante: su partido evoca a la virgen de Guadalupe, pero se alió con un polémico partido de inspiración evangelista.
Cuando se le cuestiona sobre aborto o matrimonio igualitario, responde que serán materia de consultas populares.
Sus detractores más duros dicen que con AMLO, México sería otra Venezuela. Pero el socialista se defiende asegurando que eso no sucederá: “Nos inspiramos en lo mejor de nuestra historia. Ni chavismo, ni trumpismo”.
AMLO inició la campaña de 2006 con amplía ventaja, pero perdió por 0.56% ante el conservador Felipe Calderón. Entonces denunció presunto fraude, encabezó multitudinarias marchas y ocupó con sus seguidores, durante semanas, varias millas del Paseo de la Reforma. Con los años moderó su discurso y en 2012 arrancó tercero y quedó segundo detrás de Enrique Peña Nieto (PRI).
Mientras que en 2006 atacaba sin tregua a sus adversarios, ahora pregona ‘amor y paz’ y promete tender la mano y evitar rencores.
La virtud del izquierdista es que ha sabido capitalizar el hartazgo de los mexicanos ante la corrupción que ha marcado al PRI. Algo similar a 1988, cuando el izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas perdió una elección que se presume fraudulenta frente a Carlos Salinas de Gortari.
A la tercera va la vencida, ha dicho López Obrador, el claro favorito para ganar las elecciones del 1 de julio. Al cierre de esta edición, AMLO tenía 85% de probabilidades de ganar la elección presidencial según una encuesta nacional. Otro sondeo le daba 44% en las preferencias del electorado. Un tercero le asignó 37% (y a su seguidor Anaya 31%).
Esta vez, su ventaja en las encuestas es respaldada por el apoyo de una gran porción del electorado mexicano en México, por la comunidad mexicana en Estados Unidos y en otros países. ¿Resistirá los últimos tramos de la campaña?
Tercer debate
Se realizará el martes 12 de junio, a las 9pm. (hora de Texas), en el Museo del Mundo Maya en Mérida (Yucatán). Los tópicos que se tocarán en ese último y decisivo debate serán economía y desarrollo, ahondando en temas cruciales como el crecimiento económico; pobreza y desigualdad; educación, ciencia y tecnología; desarrollo sustentable y cambio climático.