Cerca de 500,000 perros y gatos son abandonados al año en México. Una parte de estos animales son adquiridos como regalos de Navidad, Día de Reyes y de San Valentín, pero meses después los dueños pierden el interés en ellos, denunció Emmanuel Pedraza, director general de la asociación civil Defensoría Animal.

En México no existe un censo sobre mascotas o animales domésticos. Sin embargo, la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE) estima que hay alrededor de 28 millones, de los que el 70 % se encuentran en la calle (cifra que crece en 20% al año).

La venta de perros y gatos sin esterilización y el cruce entre razas en criaderos y mercados clandestinos favorecen las cifras de abandono, maltrato y problemas de salud pública (ya que alrededor del 80% de los animales que se compran en la vía pública tienen parásitos en su organismo).

Las principales razones del abandono de perros y gatos son la conducta (de los animales), que para muchas personas son indeseables, y que, en cuanto a la raza, la gente se siente defraudada cuando se da cuenta que la mascota que compró no es lo que esperaba.

La Ley de Protección para los Animales del Distrito Federal prohíbe la venta y explotación de animales en la vía pública o en vehículos; en tiendas departamentales, tiendas de autoservicio y, en general, en cualquier otro establecimiento cuyo giro comercial autorizado sea diferente al de la venta de animales. Mientras que la Norma Federal de Prevención y Control de Enfermedades permite la eliminación de perros y gatos por medio del ‘sacrificio sin crueldad’ en centros de atención canina autorizados.

La adopción de perros y gatos callejeros es una opción para subsanar el abandono y maltrato cuando ya se meditó muy bien tener un animal, ya que se debe ser consciente de la responsabilidad, tiempo y recursos económicos que demanda.

EL DATO

Solo pueden ser sacrificados aquellos animales que sean sanos, con sospecha o confirmación de una enfermedad, con lesiones traumáticas o cualquiera otra afección que les causen sufrimiento, y aquellos que no hayan sido reclamados por sus dueños o que medie por escrito una orden judicial.