Laura sigue detenida junto a su agresora sexual
Tania Del Ángel Pich | 2/22/2018, midnight
El pasado 9 de noviembre, Laura Monterrosa (23), inmigrante salvadoreña solicitante de asilo político, denunció públicamente por acoso y abuso sexual a una guardia del T. Don Hutto Residential Center (Taylor). Monterrosa asegura haber sido obligada a realizar actos sexuales en contra de su voluntad desde junio del 2017.
Su situación es complicada pues han pasado nueve meses desde su detención y aún sigue bajo la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) sin lograr una respuesta a su pedido de asilo, mientras convive con la presunta agresora.
Representantes de la organización Grassroots Leadership, quienes están a cargo de la defensa de su caso, aseguran que los agentes del ICE pretenden que Monterrosa cambie su declaración ante el FBI y testifique que mintió sobre sus acusaciones a cambio de darle seguimiento a su situación migratoria.
“Recientemente, Laura estuvo recluida en régimen de aislamiento durante 60 horas. Fue un acto de represalia por parte de ICE. A Laura le dijeron que no la liberarían hasta que declarara públicamente que no había sido abusada sexualmente”, comenta para El Mundo Newspaper, Bethany Carson, organizadora de Grassroots Leadership y agrega: “Un funcionario de ICE apellidado ‘Soto’ exigió específicamente que Laura me llamara y me dijera que ya no trabajaría más con nosotros. El funcionario de ICE llegó a decirle que esperaba que se retractara de su reclamo ante los medios, o de lo contrario la encerrarían nuevamente en confinamiento solitario indefinidamente”.
Además, de acuerdo a Carson, la joven salvadoreña padece de problemas emocionales que la han llevado a intentar suicidarse. Sucedió el 12 de enero. Monterrosa ingirió 50 pastillas para el dolor debido a las continuas amenazas y a las presiones de los agentes de ICE. “Laura atentó contra su vida; ha tenido crisis emocionales y no es atendida correctamente; simplemente la han aislado y cada día que ella pasa en el centro, su vida corre peligro”, enfatiza Carson.
La semana pasada, personal de Grassroots Leadership, junto con miembros de la comunidad, acudieron al centro de detención para brindar apoyo a Monterrosa además de pedirle a ICE su liberación. “Hemos asistido alrededor de 50 personas en dos días para apoyar a Laura y al mismo tiempo para hacerle saber a ICE que ella no está luchando sola”, dice Carson.
Tras el fallido intento de suicidio de Monterrosa, la guardia que habría abusado de ella fue cambiada de área dentro del centro, con la finalidad de evitar que estuvieran en contacto diario. “La guardia trabajaba en la cafetería, y la víctima recibía reportes disciplinarios por no querer ir a comer (para evitar enfrentarse a su atacante), hasta que esos reportes salieron a la luz pública y tuvieron que hacer algo al respecto para evitar el enfrentamiento”, explica Carson.
Desde diciembre pasado, el FBI investiga la denuncia de Laura Monterrosa y hace una semana fue entrevistada por segunda vez.
“ICE no le da una salida. Laura no tiene control sobre su vida; solo ha recibido amenazas y castigos por hablar con la verdad y por exponer su caso. Los agentes del ICE son los responsables de los problemas emocionales que Laura está atravesando en estos momentos. ICE puede ponerla en libertad en cualquier momento y no lo ha hecho. Es muy difícil para ella tener que interactuar con personas que usan el mismo uniforme que su agresora”, concluyó Bethany Carson.
EL DATO
El de Laura Monterrosa no es el único caso de acoso sexual en el T. Don Hutto Residential Center. Otra mujer (que fue trasladada a Laredo) también habría sido víctima de conductas inapropiadas, pero no quiere denunciar el hecho por miedo a represalias del centro de detención. Otra mujer también asegura sentirse intimidada por la misma guardia que atacó a Laura Monterrosa.