Una vasta investigación judicial de la Corte Suprema de Pensilvania halló evidencia creíble contra más de 300 sacerdotes de seis diócesis que abusaron de niños e identificaron a más de mil víctimas menores de edad, en décadas de abuso sexual encubierto por la iglesia católica en Pensilvania.

La mayoría de las víctimas eran niños varones y muchos eran prepúberes, aunque también hay chicas y adolescentes y muchos preadolescentes, según el informe, que asegura que algunos fueron manipulados con alcohol y pornografía. Algunos fueron manoseados y violados.

Josh Shapiro, fiscal general de Pensilvania, indicó que la investigación, que se extendió durante 18 meses, reveló un ‘encubrimiento sistemático’ de los abusos por parte de funcionarios eclesiásticos en Pensilvania y el Vaticano. Como consecuencia del encubrimiento, casi todos los casos son demasiado antiguos como para ser juzgados, ya que la mayoría son anteriores al año 2000; sin embargo, se han emitido acusaciones contra un sacerdote de la diócesis de Greensburg y otro de la de Erie, que presuntamente ha estado abusando de menores en la última década.