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Quiebra de Remington preocupa a los fabricantes de armas


REDACCION EL MUNDO | 4/26/2018, midnight
Quiebra de Remington preocupa a los fabricantes de armas
¿QUÉ PASÓ? Desde hace cinco meses, los fabricantes de armas en este país deben hacer frente a niveles más bajos en la venta de sus productos, una tendencia que podría mantenerse por los próximo 12 a 18 meses. |

En días en que más de 1.5 millones de personas reclaman en las calles leyes más severas para frenar las matanzas en las escuelas, el creciente desapego de los estadounidenses por las armas se ve reflejado en la quiebra del fabricante de armas Remington.

EL DATO

El beneficio operativo de Remington cayó en 2017 a 33.6 millones de dólares, un tercio de su nivel en 2015.

Para los comerciantes de armas las dificultades comenzaron, paradójicamente, en noviembre de 2016, cuando fue electo el Republicano Donald Trump. Su victoria provocó una súbita caída de la venta de armas ante el temor de que se promulgaran leyes más restrictivas.

Trump, cercano al influyente lobby de armas la National Rifle Association (NRA), parecía poco proclive a cuestionar la segunda enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho a poseer armas; sin embargo, las ventas cayeron, al punto que terminaron produciendo pérdidas en este mercado y dándole un duro golpe a Remington, una de las empresas más famosas del sector.

La sucesión de matanzas, sobre todo en centros educativos, condujeron a varios grandes distribuidores a restringir las ventas de armas. Dick’s Sporting Goods anunció que dejará de vender armas semiautomáticas y Walmart aumentó a 21 años la edad mínima para comprar una en sus establecimientos, luego de haber cesado, años atrás, la comercialización de las semiautomáticas.

La caída de un clásico

Creada en 1816, Remington, productor de armas, municiones y cañones, es una de las marcas más antiguas en este país. La compañía emplea un total de 2,700 personas en siete plantas de producción y exporta a 52 países. A pesar de eso, la empresa con sede en el sureste de Carolina del Norte se acogió a la ley de bancarrota alegando un retroceso significativo de sus ventas, desde hace un año, con una demanda (del público) que no se materializa a pesar de que aumentaron su producción en 2016.

Remington había comunicado su intención de declararse en quiebra el 12 de febrero, dos días antes de la matanza de Parkland (Florida), tras un acuerdo con sus acreedores para continuar funcionando bajo administración judicial. Sin embargo, la compañía tuvo grandes dificultades para encontrar financiamiento y así poder continuar con sus actividades.

Entonces, Remington recurrió a sus acreedores habituales, entre ellos JPMorgan Chase, Franklin Advisers y el Bank of America, que avalaron una reestructura del grupo. Esa decisión permitió ‘borrar’ alrededor de 775 millones de dólares de deuda a cambio de un mayor control sobre las finanzas de la Remington por parte de esas empresas.

El hecho de que Remington fracase en su tentativa de ‘seducir’ a los medios financieros no constituye una sorpresa. Uno de los mayores bancos del país, Citigroup, anunció a sus clientes, en el marco de una serie de medidas restrictivas, que prohibirá vender armas de fuego a menores de 21 años y a personas cuyos antecedentes penales no hayan sido comprobados.

El mayor gestor de activos del mundo, Blackrock, anunció a inicios de este mes que está analizando el lanzamiento de nuevos fondos que excluyen a los fabricantes y distribuidores de armas.

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