El consumo desenfrenado de alcohol y grasas puede originar cuadros ulcerosos que conlleven un sangrado intenso, advierten los gastroenterólogos. La enfermedad se caracteriza por la presencia de una lesión profunda en la mucosa que recubre el estómago. El síntoma más común es un ardor en el estómago.

La ingesta desmedida de alcohol y la combinación de licores puede afectar, directamente al hígado, originando una intoxicación alcohólica, teniendo en cuenta que el hígado es el lugar del metabolismo hepático. En este caso, la persona debe evitar el consumo de alimentos ácidos, picosos o calientes, porque pueden contribuir al desarrollo de gastritis hemorrágicas o úlceras.

Cuando hay presencia de náuseas y vómitos intensos frecuentes, es necesario que la persona sea examinada por un médico porque pueden haberse provocado desgarros de la mucosa esófago-gástrica, conocido como el Síndrome de Mallory Weiss. Es importante tener presente que no existe un medicamento capaz de evitar la irritación del estómago, sobre todo cuando existe un exceso en el consumo de licor. El consumo de grasas en exceso pueda originar cuadros vesiculares agudos, sobre todo en personas con antecedente de cálculos vesiculares.