Cuando ‘la otra’ es el trabajo


REDACCION EL MUNDO | 4/12/2018, 10:16 a.m.
Cuando ‘la otra’ es el trabajo
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Existen muchas formas de adicciones. Muchos piensan que solo podemos desarrollar adicción a las drogas, a la pornografía y a los juegos de azar. Sin embargo, también podemos ser adictos a la comida, a las personas, a las compras ¡y hasta al trabajo!

Los adictos al trabajo no pueden dejar de trabajar. Se descuidan física y psicológicamente, viven en una carrera constante porque no pueden “perder el tiempo”. Su trabajo es una actividad compulsiva y obsesiva que les lleva a desplazar otros intereses y obligaciones personales, familiares y sociales.

Esta situación afecta profundamente a la pareja, la sexualidad ¡y a los hijos! A los adictos al trabajo les cuesta mucho descansar pues para ellos el trabajo es algo más que una fuente de ingresos o una actividad que aman y necesitan para satisfacer una opción vocacional. Este profundo descontrol llega a cumplir los criterios para diagnosticar una adicción; la falta de “su dosis” los desestabiliza, los pone de mal humor y los torna ansiosos.

La adicción al trabajo es tan peligrosa como la adicción a las drogas.

• Cuando llegan las vacaciones, los adictos al trabajo ni disfrutan, ni se divierten y no buscan el bienestar. Se sienten perdidos sin el corre y corre de la oficina y se aferran a su computadora o al teléfono para seguir “trabajando”. En fin, no pueden desconectarse.

• Si su pareja es adicta al trabajo ya sabe cómo serán sus vacaciones. Siempre lleva consigo algún material relativo al trabajo (como apuntes, documentos o lecturas), se dedica a resolver problemas laborales, se siente cada vez más inquieta por no estar en el estrés laboral y suele finalizar las vacaciones antes del plazo previsto.

En el fondo, el adicto al trabajo le teme a encarar sus problemas, enfrentar lo que pasa en su vida y en su familia y en sus relaciones significativas.

• Si su pareja es así, preste atención a estas señales de alarma. A la larga, esta adicción afecta la salud. Los trabajadores compulsivos pierden el sueño, se les altera el apetito e incluso la actividad sexual y buscan excusas para relacionarse con alguna tarea, ya sea llevando trabajo a su hogar o saliendo de su casa para buscarla. Poco a poco, abandonan las cosas que disfrutaban y solían hacer, también a sus amistades y familia (pareja e hijos) saufriendo ambos el impacto de esta adicción.

• Muchos se refugian en esta adicción para olvidar un amor, para no enfrentar un matrimonio que no funciona, traumas de la infancia, un duelo mal resuelto y un gran ETC. Recuerde lo que dijo Freud, el padre de la psicología: ‘El que no ama, trabaja y se divierte, termina mal de la cabeza’. Yo le añadiría que termina solo y haciendo que los que ama, se sientan abandonados. Además, terminan enfermos, “quemados” por el estrés excesivo, sin creatividad, sin motivación y enfermos tanto física, como emocionalmente. Piénselo, si le pasa esto, necesita ayuda de un buen terapeuta.

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