El costo de la destrucción
REDACCION EL MUNDO | 9/28/2017, 11:27 a.m.
La tarde del martes 19 de septiembre, México soportó un segundo terremoto devastador (de 7.1 grados) en apenas doce días. El primero, que ocurrió el 8 de septiembre en Chiapas, fue de 8.2 grados y dejó 99 muertos. El saldo del segundo terremoto, al cierre de esta edición reportaba más de 320 muertos, decenas de edificios e infraestructura pública destruidos y otros miles con daños y en peligro de caer derrumbados.
La desgracia pudo haber sido mucho peor. De no ser por los simulacros que la gente toma con seriedad en la Ciudad de México, se habrían registrado más muertes. Dos horas antes del terremoto, como todos los 19 de septiembre, hubo un simulacro general que se realiza para conmemorar aquel fatídico terremoto de 1985.
EL DATO
Los terremotos son un amenaza constante en territorio mexicano debido a que el país es el punto de encuentro de cinco placas tectónicas: de Rivera, del Pacífico, de Cocos, del Caribe y de Norteamérica, las cuales, además, son divergentes, convergentes y transformantes
DEBE SABERLO
Con más de veinte millones de habitantes, la capital y el Estado de México conforman la segunda conurbación urbana más poblada de Latinoamérica, y es sede de las principales empresas mexicanas. Toda la red de comunicaciones terrestres pivota sobre ella y su aeropuerto es el mayor de Latinoamérica por número de pasajeros.
Con el paso de los días, además de las víctimas mortales registradas, el recuento extraoficial de los daños se calcula en 1,182 millones de dólares. Los sectores productivos más afectados serían los de infraestructura carretera, portuaria, turística y la industria hotelera. La reconstrucción debe hacerse cuanto antes, ya que, por ejemplo, existen tramos de carreteras de vital importancia para el comercio mexicano (la vía México-Cuernavaca-Acapulco y la México-Puebla) que se han partido en diversos tramos. También son urgentes las reparaciones a diversas infraestructuras (entre las que se cuentan las de servicios) en el Estado de México, Puebla, Morelos y también en Guerrero. Es oportuno recordar que la CDMX, Puebla y el Estado de México representan en conjunto más del 25% del Producto Interno Bruto del país.
Hace 32 años, también un 19 de setiembre, un terremoto de 8.1 grados destruyó Ciudad de México y otras comunidades aledañas, dejando como saldo casi 10 mil víctimas mortales y perdidas por más de 3 mil 200 millones de dólares.
El desastre sumió al país en una crisis de la que tardó en salir los dos siguientes años. En ese entonces, un detalle llamó la atención de la ciudadanía: la mayoría de entidades públicas, muchas de ellas recientemente construidas, se cayeron. Solo encontraron una explicación: hubo corrupción en los contratos de construcción. Esta vez, el panorama se ve difícil, pero no como en los terribles años ochenta.
Al cierre de esta edición, México se recuperaba gracias a la solidaridad de los brigadistas y de la participación masiva de los jóvenes. Sin embargo, sufrir dos terremotos en menos de quince días ha causado crisis y conmoción en la población, además de una gran preocupación por el futuro. Afortunadamente, el gobierno federal y el gobierno de la Ciudad de México cuentan con un fondo de poco más de 1,000 millones de dólares para atender la emergencia. El gobierno mexicano también tiene un seguro de emergencia llamado ‘bono de catástrofe’ en convenio con el Banco Mundial.