Llegan mensajes a nuestra página de Facebook.com/ElMundoNewspaper de lectores que se quejan del supuesto mal servicio del Consulado General de México en Austin, por lo que, una vez más, decidimos hacer una encuesta en esa red social. La pregunta fue ¿Qué cree usted que debe cambiar la representación consular para mejorar, potenciar y modernizar la atención a sus connacionales?

La mayoría de respuestas ponen énfasis en la atención al cliente. Los trabajadores del Consulado son groseros y descorteces, es la sentencia popular. Pero yo deseo apelar a la gente, al usuario. ¿Y si el primer paso lo das tu, mexicano(a)?

Sugiero que envíes un mensaje a mexicoenaustin@sre.gob.mx con las preguntas específicas sobre el trámite que deseas hacer antes de pactar una cita. Ponle URGENTE en el asunto. Saluda, sé cortés y ve al punto: qué necesitas, cuánto cuesta. Al final agradece. Así harás más sencillo tu papeleo cuando llegues a la oficina consular. Y no dejes los trámites para último momento. Cualquier papeleo demora, en cualquier representación consular.

Si iniciarás un trámite para obtener tu pasaporte, la matrícula consular, una credencial de elector, un registro de nacimiento o tienes algo que notarizar, has tu cita a través de MEXITEL llamando al 1-877-639-4835. También puedes llamar al (512) 478-2866 si deseas hacer una consulta. SOLO para emergencias llame al teléfono de Protección al (512) 922-7906. La única recomendación que te hace el Consulado es sencilla y lógica: llega 15 minutos antes de la hora de tu cita. Otra, básica: el día de tu cita llega con los documentos se te hayan indicado. Si llegas sin nada, puede suscitarse un impasse. Además, el Consulado te sugiere que, para que el trámite sea menos estresante para ti, llegues sin acompañantes. Yo te digo que vayas a tu cita sin niños y sin apuro por regresar al trabajo o a tu casa.

La representación consular también te pide, por tu propio bienestar, que evites estacionar tu coche en lugares prohibidos para que no te den una multa por eso o para que la grúa no se lleve tu vehículo, lo cual provocaría gastos extras y pérdida de tiempo.

Acércate con buena disposición y ve preparado(a): lleva un lapicero, un cuaderno de notas, algún documento con foto aunque sea antiguo (quizá sirva). Y siempre ten un ‘gracias’ en los labios. Quizá callar y dejar hablar a los que saben de esos trámites que tanto necesitas es la mejor opción. Aprender a escuchar, esa es la clave. Y apuntar lo que dicen. Todo eso te ayudará a digerir las molestias propias de una diligencia de este tipo. Y recuerda que ellos, como tú, son seres humanos que también tienen malos días y que reaccionan con rudeza ante el hastío, ante la falta de preparación o de sentido común. Da tu el primer paso. Sé tu el factor principal del cambio de actitud. Estás en tu casa. Tu eres México.