“Lo peor sería no poder regresar”
Marlon Gomez | 9/14/2017, midnight
Cerca de 800 mil jóvenes inmigrantes se han beneficiado de DACA. Desde que el programa fue iniciado por el expresidente Obama, ellos han tenido la oportunidad de obtener licencias de conducir, ir a la universidad y trabajar legalmente. Sin embargo, el anuncio de Donald Trump de ‘pausar’ el programa les ha cambiado la vida porque, si bien aún están protegidos de la deportación, es incierto saber cuál será su estatus en dos años.
EL DATO
La líder de los Demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que su bloque apoya una propuesta que ayude a los ‘dreamers’ a obtener un estatus legal estable. Que se logre una ley parecida al DACA depende de los legisladores Republicanos.
Susana es una de cientos de miles de ‘dreamers’ que viven en incertidumbre. Tiene 20 años y es la menor de tres hermanos. Ella siente que gracias a DACA ha tenido una juventud relativamente normal, aunque no igual a la de sus amigos, ciudadanos de este país.
Esta joven nació en Monterrey (México) pero no se considera mexicana, ya que llegó a Estados Unidos a los 3 años. Domina el inglés como si hubiese nacido aquí y su español es limitado. La capital de Texas es la ciudad que considera su hogar, aunque eso cambió un poco debido al clima antiinmigrante que vive el país. “Me pregunto cómo puede ser éste mi país, si no me quieren aquí”, cuestiona Susana y teme la posibilidad de perder su protección a la deportación.
Son miles los ‘dreamers’ que se enfrentan a esta situación. Su única esperanza es la creación de una reforma migratoria que los ampare o que el presidente Trump decida, en seis meses, cambiar de opinión y reinstaurar el DACA.
La incertidumbre sobre lo que nos depara el futuro tiene otra intensidad cuando se trata de las cosas sencillas de la vida. No poder planificar una agenda vital de mediano plazo, por motivos externos a la voluntad propia, provoca una inquietud que no es fácil de aceptar. Esa es la realidad de cientos de miles de jóvenes indocumentados protegidos por el DACA. Susana, una de las tantas ‘dreamers’ que viven en el Centro de Texas, nos cuenta en esta entrevista sus anhelos y temores en una conversación a corazón abierto.
¿Sabes por qué tus padres decidieron venir a este país y en qué condiciones?
Realmente no sé mucho. Mis padres no hablan mucho de este tema. Crecí sin saber mucho sobre mi estatus legal, pero algo entendía. Sé que vinimos con una visa, no se de qué tipo. Teníamos familia aquí y estábamos visitando. Mis padres buscaron varias maneras de arreglar nuestra condición, pero en algún punto ya era demasiado tarde y mi madre tenía miedo de regresar a México.
¿A qué edad te explicaron que tu estatus legal era irregular?
Yo entendía que habían cosas diferentes entre nosotros y otras personas, pero no sabía que se trataba de ser ‘indocumentados’. Mi mamá me habló de este tema cuando tenía 14 años, cuando Obama comenzó el DACA. Ella me habló de este permiso y le pregunté por qué lo necesitaba y fue cuando decidió explicarme. Ella completó el proceso de aplicación para mi y para mis hermanos.
No debe ser fácil asumir esta realidad cuando eres una adolescente.
No lo es, porque tienes que enfrentar la realidad y entender que no eres completamente libre. Recuerdo que mis hermanos me explicaron que yo no podía hacer lo mismo que otros niños, que si mis amigos faltaban a clases yo no podía irme con ellos, no sólo porque no es lo correcto, porque si me meto en problemas las consecuencias pueden ser serias.
¿Cómo cambió tu vida al obtener DACA?
Pienso que obtuve DACA en el momento perfecto, porque era tan joven que no me di cuenta de las cosas que estaba perdiendo antes. Para mis hermanos fue diferente; mi hermano mayor no podía buscar un buen trabajo hasta que obtuvo DACA. Se compró su carro y pudo sacar su licencia de conducir. A mi me permitió saber que podía ir a la universidad, tener un trabajo y forjar un futuro, pero no lo entendí hasta que comenzaron los rumores de que Trump le pondría fin a este programa migratorio y que yo podría perder estos privilegios.
¿Qué sentiste al saber que DACA se cancelaría?
Miedo. Miedo a perder mi trabajo, no porque no sea buena o porque no sea inteligente sino porque no tengo un papel que me haga parte oficial de esta sociedad. Miedo a tener que irme a un país del que no sé nada. No sé el nombre del presidente de México, no sé ni cómo decir ‘izquierda’ o ‘derecha’ en español. Antes pensaba que el 5 de mayo era la celebración de la independencia de México, solo hace poco descubrí que realmente es el 16 de septiembre.
El castellano fue tu primer idioma. ¿No lo hablas bien o simplemente prefieres no hacerlo?
Yo lo entiendo, pero hablar en español es más difícil para mi. Mi vocabulario es muy limitado, es como si hablaras con un niño pequeño. Cuando llegué a este país fui a una escuela donde podía hablar español y las maestras eran bilingües, pero cuando pasé a primer grado me cambiaron a una escuela donde no se hablaba español y hasta me regañaban cuando me encontraban hablando en ese idioma con mi hermano. Era básicamente como que se molestaban porque estaba hablando en mi idioma natal.
Aquí has hecho tu vida. ¿Consideras éste tu país?
Por mucho tiempo sentí que sí, que éste era mi hogar, pero ahora no puedo. Cómo puedo considerar éste país mi hogar si no me quieren aquí y el Presidente dice que soy una traficante o criminal sólo porque no nací aquí. Por qué me llama criminal cuando estoy haciendo todo lo que me piden que haga.
¿Te refieres a que eres una buena ciudadana?
Digo que estudio, trabajo y cumplo con todas las normas. Entro en un estado de pánico cuando mi novio maneja a una milla por encima del límite de velocidad. A veces pienso cómo sería poder vivir sin preocuparme tanto por esos pequeños detalles, pero no puedo. Cuando conduzco, por ejemplo, me da temor cometer un error y que me detengan, me quiten mi permiso de quedarme y una situación que para otros puede ser sólo una multa se convierta para mi en algo más grande.
Tu tienes una protección contra la deportación, pero tus padres no. ¿Te preocupas por ellos?
Todos los días. A veces hasta tengo pesadillas con eso. He soñado que pierdo una llamada de mi mamá (porque es algo común) y cuando llego a casa mis padres no están. Esa fue la razón por la que no ingrese a una universidad fuera de Austin o en otro estado, me daba miedo pensar que regresaría de vacaciones y mis padres podrían no estar aquí.
Hablando de vacaciones, antes de DACA no podías viajar. ¿Has ido a algún lugar desde que tienes este beneficio?
Cuando era más joven, sólo íbamos a San Marcos y a otros lugares cercanos. Lo más lejos que viajamos fue a Galveston y recuerdo que era tan pequeña que pregunté si eso era Hollywood. El año pasado mis padres me regalaron un viaje a Florida y pude ir a los parques de Disney, Animal Kingdom fue mi favorito y fue una experiencia increíble. Mi hermano mayor viajó a Nueva York, Colorado y otros estados por trabajo y por turismo, pero no podríamos haber vivido estas experiencias sin DACA.
El amor es otro tema difícil para una persona sin estatus legal. ¿Algún chico te ha insinuado que sales con él para obtener la ciudadanía?
Alguien me dijo una vez que me enamorara de personas con ciudadanía. Yo he tenido varios novios americanos, uno de ellos hasta quiso que nos casáramos, pero siempre he dejado claro que sólo me casaré por amor cuando sienta que es correcto, no por arreglar mis papeles. Pero sí tuve un novio que cuando lo quise dejar me amenazó con llamar a Inmigración y le dije que lo hiciera porque DACA me protegía y me amenazó con reportar a mis padres.
¿Alguna vez has pensado en cómo sería tu vida si tus padres no te hubieran traído?
Dicen que eres lo que eres porque está dentro de ti. Si hubiera crecido en México probablemente no sería feliz porque la cultura es diferente, porque no habría podido vivir las cosas que he vivido ni conocería a las personas que conozco. Estoy agradecida de estar aquí, pero a veces pienso que estaría en un país donde no estaría en peligro de ser deportada y no tendría que preocuparme de quién me enamoro.
Debes haberte sentido muy vulnerable en esa situación.
Cuando vives sin estatus legal o sabes que tus padres son ‘indocumentados’, siempre tienes cierta cautela. Sabes que no puedes hablar de esto con cualquier persona y debes ser educada, cortes y confiable con todos, porque sabes que cualquier persona en la que has confiado tu realidad puede usarlo en tu contra.
¿Qué es lo que más valoras de haber crecido aquí?
Soy afortunada de vivir en Austin, la ciudad ‘azul’ en un estado ‘rojo’, pero una de las mejores cosas ha sido que esta ciudad me permitió ir a una buena escuela gratuita. En México, mis padres tenían que pagar una escuela privada para mis hermanos. Estoy agradecida de haber tenido una buena educación porque me abre las puertas para un buen futuro.
¿Cuál es tu mayor temor de perder DACA?
Tener que irme y no poder regresar. Me da mucho miedo pensar que mis padres tengan que irse y pierdan todo por lo que han trabajado, me da miedo que mi familia no pueda estar junta de nuevo. Mi hermano mayo se casará con su pareja, pero ellos ya tienen hijos y están enamorados. Él se quedará aquí y yo podría no volver a ver a mis sobrinos si tengo que irme. Mi otro hermano perderá su permiso en el verano del 2018 y él dice que se irá a Europa para no preocuparse más por esto y eso me da miedo, porque él no podrá regresar. ¡Esta podría ser la última Navidad que mi familia pasará junta! No poder regresar significa no poder volver a ver a mis amigos, a esa gente maravillosa que hace parte de mi vida.
Los republicanos argumentan que debemos culpar a los padres porque ustedes se vean en esta situación, ¿Qué piensas de esto?
Cómo puedes culpar a mis padres de haber querido darme una buena vida, cómo los puedes culpar de trabajar arduamente y sacrificarse por sus hijos. Mis padres son maravillosos y nos han dado tantas cosas, pero lo mejor es habernos dado la oportunidad de crecer en este país.