La hora del populismo
Roberto Angulo | 10/5/2017, midnight
Cuba es el rancho de la familia Castro. Nicaragua está estacionada en la pobreza a pesar de su inmenso potencial turístico. Ecuador está sumido en conflictos políticos por casos de corrupción en los más altos niveles de la política y el gobierno de ese país. Argentina fue saqueada por la pandilla de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Brasil fue la madriguera de una empresa constructora (Odebrecht) que cometió actos de corrupción sin precedentes en la historia moderna de Latinoamérica con la anuencia de Lula da Silva. Por último, Venezuela, otrora país en franca vía al desarrollo, es ahora una Calcuta gigante, devastada y empobrecida, a pesar del petróleo que tiene en su subsuelo. La responsabilidad de la debacle fue del incalificable Nicolás Maduro, aplicado discípulo de Hugo Chávez.
En su momento y espacio-tiempo-histórico, todos estos países fueron regentados por opciones de izquierda. Algunos prevalecen, pero no por un mandato democrático real. Todos llegaron al poder con variaciones y matices en adornados discursos socialistas, mintiendo, prometiendo cambios y mejorías.
EL DATO
AMLO está convencido que hubo fraude en las elecciones de Felipe Calderón (2006) y Enrique Peña Nieto (2012).
Alguien dirá que Michelle Bachelet (Chile) lidera un gobierno socialista con éxito, pero ella es tan socialista en la práctica como China es comunista. Y lo de Uruguay con Mujica y Bolivia con Morales son más excepciones que resultados de la aplicación de postulados de izquierda.
Pero cuando parecía que se desvanecía la opción ‘socialista’ en Latinoamérica, una figura política sube mes a mes en la intención de voto en otro país de gran influencia e importancia en la región: México.
Según una encuesta de ‘El Economista’, realizada en agosto pasado, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), goza de las preferencias electorales de un sector de la población: 25.9%. En ese sondeo, AMLO se impuso a Margarita Zavala (19.7%), Miguel Ángel Osorio Chong (14.8%), Jaime Rodríguez ‘El Bronco’ (4.6%) y Miguel Ángel Mancera (4.4%).
En esa encuesta de carácter nacional, cuando se trata de partidos políticos, las preferencias las tiene el PAN con 19.3%; pero Morena está pegadito con 18.5%. Por qué un sector de la sociedad mexicana tiene simpatía por AMLO, cuando éste apoya al gobierno canalla y delincuencial de Venezuela, es un misterio. ¡Y eso que hay miles de videos en las redes sociales desnudando al ruin gobierno venezolano!
¿Cree el mexicano, el que vive en Estados Unidos y puede votar, como el de allá, que con AMLO o una opción de izquierda el país mejorará, recuperará la ‘honradez perdida’, estará libre de escándalos de corrupción y de acciones hostiles que vulneran los derechos humanos? De ser así, la racionalidad y la emoción están concatenadas en estos electores. O la ingenuidad es casi infantil.
AMLO podría ganar las elecciones presidenciales si éstas se celebrarán ya, gracias a la ira de las colectividades postergadas, al descreimiento generalizado y justificado de los pobres, y en general, a la desilusión social de una gran masa decepcionada.
Pero si para los mexicanos, aquí y allá, México es un país en caos, su viabilidad se descarrilaría con un gobierno de izquierda. Sería el desmadre total. El tiro de gracia. AMLO en el poder será más una venganza que una reivindicación.
Un asesinato doble: el del país y el de los intereses del propio votante. “Siempre queda el norte”, dirá el bufón para desdramatizar este presagio, pero con Donald Trump en el poder, y la loca posibilidad de que sea reelecto, esa opción se desvanece.