¿Qué pasa por la mente de un acosador sexual?
REDACCION EL MUNDO | 11/16/2017, midnight
Especialistas coinciden en que son personas obsesivas que buscan someter a sus víctimas a través de insinuaciones sexuales
Un acosador sexual no siempre es alguien con objetivos sexuales. Muchos psicoanalistas señalan que estas personas desean el control, dominio, humillación y sometimiento de su víctima para luego despreciarla y así ‘llenar sus vacíos’.
Su ‘juego’, el intentar ‘seducir’, se activa en su imaginación, primero, a través de una vivencia y luego, por un proceso mental que se hace cada vez más complejo, y que lo dirige hacia la ‘conquista’ de su objeto.
A través de mensajes de tipo sexual, consciente o inconsciente, y de las ‘estrategias’ que emplean en sus actos, los acosadores pueden ser clasificados de muchas formas.
Están los pacientes, capaces de esperar y mirar durante muchas horas a su víctima. Y también los impulsivos, que agreden a su ‘objeto de deseo’ a la primera opción. En ambos casos pueden ser abiertos o cohibidos en su accionar y sentir placer por el solo acto de incomodar.
Estas son personas con ausencia de valores y estabilidad emocional que tienen una personalidad difícil de definir. Pueden ser muy amables, con manifestaciones sexuales directas o sutiles, mediante un buen manejo de la comunicación. Pero el objetivo apunta siempre a lo mismo: el sometimiento. Para ellos su ‘amada’ (o ‘amado’) tiene que aceptar el no oponerse a sus deseos.
¿Por qué acosan a otros estas personas?
La baja autoestima de estos sujetos busca ser compensada con la sensación de control y poder. Tienen un doble mecanismo: borrar el sentimiento de inferioridad haciendo sentir a otro con menos valía. Por eso, cuando logran este primer objetivo buscan otras acciones para reafirmar su aparente sentimiento de superioridad.
Cuando un acosador logra ‘seducir’ con sus ‘galanteos’, siendo amables, con regalos o por insistencia mediante una habilidad comunicativa, entonces necesitan reafirmar su superioridad y esto muchas veces se logra con la violencia. Este riesgo varía con la personalidad de cada individuo. Alguien con problemas de inhibición y trastornos psicopáticos y narcisistas es más peligroso. Pero lo es más aún quien tiene poca integración emocional y mental, porque logra que sus acciones pasen desapercibidas haciendo que la víctima se sienta más indefensa.
En este caso, su comportamiento es patológico con problemas en su instinto sexual manifestados en actitudes compulsivas y obsesivas, puesto que no pueden frenar sus pensamientos y algunas veces tampoco sus acciones hacia su ‘objeto de deseo’.
¿Cómo evitar que una persona se haga acosador?
La buena crianza y la educación durante los primeros años de vida disminuyen la posibilidad de desarrollar una personalidad acosadora. Entre los 5 y 12 años, el niño es formado para controlar sus impulsos sexuales. Esto se logra con una formación con valores como la solidaridad, respeto, reciprocidad y la escucha. Cuando las cosas se pueden hablar, ayuda que no se encaminen por el lado patológico.
El menor tiene que ser educado escuchando siempre la verdad sobre su sexualidad aprendiendo que sus manifestaciones sexuales se produzcan de forma consensuada y en privado, idealmente, con una persona más o menos contemporánea para evitar problemas de trastornos.
El Dato
Las actitudes con las que conviven los acosadores sexuales pueden estar asociadas a otras patologías, como la paranoia, esquizofrenia, personalidad bipolar.