En adelante, los estadounidenses que visiten Cuba deberán evitar hoteles, compañías de turismo y otros negocios en una extensa lista emitida por el Gobierno Federal como parte de la nueva política de la Administración Trump hacia el gobierno de la isla. Estos cambios están destinados a impedir que el comercio de Estados Unidos y los turistas de este país beneficien a las Fuerzas Armadas, al servicio de inteligencia y a los funcionarios de seguridad de Cuba.

El Gobierno Federal necesitó varios meses para elaborar los detalles de esta nueva política, que ya está vigente. El cambio representa un regreso a las normas que regían antes de la apertura diplomática iniciada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro en 2015.

Los estadounidenses que quieran visitar la ‘Isla Bonita’ deberán hacerlo en tours organizados por empresas estadounidenses y acompañados por un representante del grupo patrocinador. Solo habrá excepciones para los estadounidenses que reservaron viajes personales o de negocios antes del anuncio del 16 de junio. Es oportuno destacar que la mayoría de los estadounidenses que llegan a Cuba se alojan en hoteles que no están en la lista del Gobierno.

El Departamento del Tesoro también anunció que ampliará y simplificará una licencia para exportar ciertos productos a la isla sin permiso específico del Gobierno Federal. El objetivo es ayudar al creciente sector privado, incluidos los pequeños negocios que han surgido últimamente por toda la isla.