La nueva era de las masacres
REDACCION EL MUNDO | 11/9/2017, midnight
Decenas de personas mueren baleadas en este país todos los días, aunque solo se hable de las matanzas que acaparan los titulares de la prensa nacional, como la perpetrada en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs. En el Centro de Texas, sin embargo, las balaceras, aunque con menos víctimas, se reportan, por lo menos, cada semana.
El FBI asegura los asesinatos se han incrementado entre 2015 y 2016. Sin embargo, aunque los tiroteos con numerosas víctimas han aumentado en forma espectacular, la tasa global de homicidios y aquellos por arma de fuego, han sufrido un declive y están en la mitad del nivel de hace 25 años.
EL DATO
Según la organización Everytown for Gun Safety, en este país mueren cincuenta mujeres cada mes a manos de sus parejas. Más de la mitad de los autores de tiroteos con numerosas víctimas tenían antecedentes por violencia conyugal.
Esta disminución ocurre a pesar que en todos los Estados de la Unión hay un relajamiento legislativo importante en el tema de las armas. Por ejemplo, pocos Estados permitían a un ciudadano común portar un arma escondida antes de 1990, mientras que en la actualidad casi todos lo permiten. Aquí en Texas se puede portar armas en lugares de alto riesgo como los campus de las universidades.
Las autoridades consideran que un ataque fatal se convierte en un ‘tiroteo masivo’ con numerosas víctimas cuando el ataque deja al menos cuatro muertos (excluido el autor de los disparos). Hasta el 5 de noviembre pasado se habían registrado en este país 307 tiroteos masivos. Las alarmantes cifras son solo de este año. El 2016, la cifra total fue de 483.
La enorme cobertura mediática de las matanzas da la falsa impresión de que las víctimas de los tiroteos no tenían ninguna vinculación con los atacantes. Esta sensación es reforzada por la repetición de tragedias en lugares públicos: un concierto al aire libre en Las Vegas; un club nocturno en Florida; un campus universitario en Virginia; una escuela primaria en Connecticut.
Sin embargo, los resultados de las investigaciones (que el público no espera ni analiza) indican que la mayor parte de los tiroteos están dirigidos contra una persona o una institución por la que el gatillero tenía un reproche particular. Más de dos tercios de estos hechos ocurren en domicilios privados y las víctimas son frecuentemente cercanas al asesino. Un ejemplo cercano: según testigos sobrevivientes del ataque, el asesino de la iglesia bautista de Sutherland Springs buscaba banca por banca a determinadas personas.
Contrario a la opinión pública, especialmente a los defensores de la Segunda Enmienda, los especialistas piensan que la mayoría de las personas con problemas mentales no son violentas. Diversos estudios concluyen que los hechos de violencia atribuibles a problemas mentales graves son apenas el 4% de los casos registrados. En otras palabras, la inmensa mayoría de los tiroteos se explican por otros factores, como la ira, los celos y el odio.
Todos los atacantes de los más recientes tiroteos masivos han utilizado armas con cargadores de alta capacidad, lo que les permite disparar decenas de balas sin tener que recargar. Así, más gente es víctima de disparos en períodos más cortos de tiempo y con más balas. Conseguir armas más poderosas (que disparan más rápido) con tanta facilidad es el factor clave en estas fatales agresiones y será determinante en la próxima agresión, ya que el conteo podría sea mayor.
DEBE SABER
Las estadísticas indican que en Texas se registró el primer tiroteo masivo con víctimas fatales. Sucedió en el campus de la UT en 1966. Murieron 18 personas. Texas es también
el escenario de matanzas en lugares que nadie espera: en un restaurante Lubby’s en 1991 (24 muertos); en la base militar de Fort Hood (13 muertos); y en una apacible iglesia de Sutherland Springs (26 muertos).