Malas noticias para la súper potencia del mundo y supuesto paraíso de los inmigrantes del mundo y cuna del sueño americano: Estados Unidos tiene más analfabetos funcionales, alrededor de 16 millones, cifra que es mucho mayor a la de otros países desarrollados.

No poder leer ni escribir hace que la gente no pueda conseguir trabajo, de esa forma se mantiene el ciclo de pobreza de cientos de miles de familias en todo el país y especialmente aquí en el Centro de Texas.

Lo peor es que el sistema les falla a quienes necesitan más ayuda. Y la Administración Trump no soluciona el problema, sino que lo ahonda: sólo 59,000 millones de dólares se han destinado para la educación en el presupuesto del 2018, un recorte de 9,200 millones de dólares (13.5%) en comparación con el año pasado (2016).

Recordemos también que la responsable del Departamento de Educación, Betsy DeVos, desvió el dinero de los contribuyentes hacia las escuelas privadas, incluidas las escuelas religiosas, en desmedro de la educación pública. Como consecuencia de ese cambio, muchos programas han sufrido recortes y los que más lo sentirán son las familias de bajos ingresos, muchas de ellas latinas y afroamericanas.

En los últimos años la brecha entre las áreas ricas y las más pobres del país se han hecho más notorias. Y esas diferencias se notan más en la calidad educativa que reciben los que menos tienen.

El número de adultos analfabetos funcionales en este país aumenta aproximadamente en 2.25 millones cada año. En Texas hay alrededor de 4 millones de adultos que no tienen un diploma de secundaria. Y los programas de alfabetización actuales sólo sirven al 3.6% de ese total de personas que necesitan con urgencia educación básica. El abandono escolar le cuesta a Texas aproximadamente 9.6 billones de dólares al año.