que parece despreciar a los inmigrantes y refugiados del mundo entero que llegan a este país con la esperanza de tener libertades y un mejor futuro para sus familias.

Por el contrario, la capital de Texas se enorgullece de ser el hogar para miles de personas que llegan desde todos los rincones del planeta, sin importar la condición legal con la que atravesaron la frontera.

Entre los inmigrantes que viven en esta ciudad, un pequeño pero significativo porcentaje son refugiados, personas que reciben el permiso para residir escapando de condiciones inhumanas o peligrosas en sus tierras natales. Al llegar aquí se convierten en un vecino más, en ciudadanos y trabajadores que contribuyen con la sociedad, dejando un legado que se debe celebrar.

Reconocer las contribuciones de las minorías inmigrantes es el objetivo del Austin Refugee Day Festival, un evento que por segundo año consecutivo reúne a personas de diversas nacionalidades para disfrutar de juegos y actividades familiares.

“Esta es una oportunidad para unirnos, para celebrar a la comunidad de refugiados y de inmigrantes y reconocer sus contribuciones”, explica Reihabeh Hajibeigi, vocera de la Cruz Roja y una de las organizadoras del festival que se realizó el pasado sábado 6 de mayo en el Onion Creek Soccer Complex.

Rihabeh señala que este año, más que nunca, era importante que este evento se pudiera celebrar: “En medio del actual clima político, teníamos que volver a hacer este evento y demostrar que estas leyes no representan el sentir de Austin. Nuestra intención es que reconozcamos la diversidad, que hagamos de este tema una conversación cotidiana y que este evento se convierta en parte de la identidad de la ciudad”.

La actividad principal del festival fue un torneo de fútbol en el que participaron jugadores de diversas nacionalidades. El torneo contó con equipos de Bosnia y Herzegovina, el Congo y Nepal; además participaron jugadores de Estados Unidos y México, entre otros.

Voluntarios de la Cruz Roja, Caritas of Austin, Catholic Charities of Central Texas, Girl Forward, Interfaith Action of Central Texas (IACT) y la Multicultural Refugee Coalition hicieron posible este festival, en el que los refugiados sí son bienvenidos.