Palabras sin fondo ni sustento
Angela M. Angulo | 3/2/2017, midnight
El anuncio más esperado por la ciudadanía de este país en el primer mensaje a la Nación de Donald Trump fue el tema económico. Pero el discurso fue decepcionante debido a que no hubo una explicación a cómo se lograrían los objetivos trazados por esta Administración.
“La grandeza estadounidense está comenzando, un nuevo orgullo se está expandiendo, los sueños grandes están ahora a nuestro alcance ( ) Todas las naciones del mundo, amigos y enemigos, notarán que Estados Unidos es fuerte, y nuestros aliados verán que Estados Unidos está de nuevo listo para liderar”, fue la frase que resume las ‘prioridades’ y la visión del país que tiene el magnate neoyorquino para los próximos cuatro años. Los cómo y cuándo estuvieron ausentes del discurso.
Trump defendió su impuesto de ajuste fronterizo a pesar de que minoristas, empresas automovilísticas y las refinerías que dependen del petróleo importado se oponen al plan aduciendo que éste redundaría en costos más altos para los consumidores en alimentos, gasolina, indumentaria y medicamentos recetados. El magnate asegura que los impuestos de ajuste fronterizo harán crecer la producción nacional, crearán más puestos de trabajo y fortalecerá al dólar (lo cual reduciría el costo de las importaciones y aumentaría el costo de las exportaciones, compensando los efectos del impuesto, según voceros del equipo presidencial).
El magnate adelantó también que la clase media recibirá un alivio impositivo importante pero no dio detalles de cómo hacerlo posible. En este punto, los analistas independientes especulan que quienes más se beneficiarán serán quienes ganen más dinero.
Una amplia reforma del sistema impositivo, la voluntad de reformar el sistema de salud público (aunque no hay una idea o propuesta clara para hacerlo) y un descomunal aumento de 54,000 millones de dólares en el presupuesto militar, también fueron puntos centrales del discurso presidencial.
Sospechosa reforma
EL DATO
La Casa Blanca mantiene la política de deportaciones inmediatas de quienes hayan cometido algún delito o infracción, o de quienes sean considerados peligrosos para la seguridad nacional.
En el tema migratorio, que fue brevemente enfocado, el magnate insistió en que tenemos un problema agobiante. Pero el país no tiene una crisis migratoria actualmente. La inmigración ilegal se detuvo hace una década y el sentimiento general en contra de la inmigración ha disminuido: la mayoría de encuestas registran un mayoritario apoyo de la población blanca a la legalización (con ciudadanía incluida) de millones de indocumentados.
La probabilidad de regularizar a millones de indocumentados ha despertado el optimismo de quienes podrían beneficiarse. Sin embargo, la propuesta de Trump resalta que cualquier ‘reforma’ debe considerar los ‘méritos’ de los indocumentados que sean elegibles para quedarse en este país (sin probabilidades de convertirse en ciudadanos estadounidenses). Uno de esos requisitos es la ‘alta calificación’, lo cual podría dejar fuera de la legalización a quienes no tengan estudios superiores y alguna especialización, a quienes no hablen inglés y a quienes sean una carga económica para el Gobierno Federal.