Un triunfo legal parcial es lo que obtuvo Donald Trump la semana pasada, cuando la Corte Suprema redujo el alcance de aquellos fallos judiciales que limitan el bloqueo impuesto por el mandatario a la llegada a territorio continental estadounidense de personas provenientes de seis países de mayoría musulmana.

Los jueces atendieron parte del pedido de emergencia del Gobierno Federal para poner en vigencia inmediata el decreto presidencial emitido el 6 de marzo pasado, mientras continúa la batalla legal. El máximo tribunal de justicia del país acordó escuchar la apelación del Gobierno Federal en cada caso, con lo cual reactivó cuatro partes específicas del veto migratorio:

– Solo si las personas provenientes de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen tienen familiares o contratos de trabajo pendientes en territorio estadounidense se les permitirá el ingreso.

– Está prohibido el ingreso de extranjeros que no tengan ninguna relación a nivel familiar, laboral, educativo o de otro tipo con una persona o una entidad de Estados Unidos.

– Aceptar la anulación durante 120 días del programa de acogida de refugiados en Estados Unidos, dado que están huyendo de sus países y no tienen una conexión con este país.

– El Gobierno Federal podrá imponer un veto de 90 días a las personas provenientes de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, respetando las excepciones.

Hay una excepción importante a la determinación de la Corte Suprema, que supondrá una carga para los funcionarios de Inmigración, ya que se deberá determinar el peligro de las personas para impedirles su ingreso al país.