Adicción a la heroína es el flagelo nacional
Agencias / Cortesía | 6/22/2017, 9:33 a.m.
En años recientes, el abuso del consumo de heroína y otros opioides se ha vuelto una crisis de proporciones mayores en este país, ya que esa adicción mata, devasta familias y estropea comunidades.
Recientemente, el New York Times denunció en primera plana la gravedad de la crisis. Las muertes por causa de sobredosis de drogas en este país se han disparado de manera exponencial. En el 2016 murieron hasta 65,000 personas por esa causa, el mayor incremento anual jamás registrado. Hace quince años, fallecieron alrededor de 18,000 personas por sobredosis; en 1990, menos de 10,000 individuos fallecieron de esa forma. Hoy es la causa principal de muertes entre estadounidenses menores de cincuenta años.
¿Qué está sucediendo en el país? Los expertos ensayan una teoría: Desde hace años las empresas farmacéuticas y la profesión médica estimularon el abrupto incremento en la prescripción de opioides, lo cual provocó el aumento del abuso y la sobredosis de esas drogas. También generó tardíamente políticas gubernamentales para reducir el acceso a opioides y así contrarrestar su consumo.
Este patrón es consistente con la sorprendente investigación del premio Nobel en Economía Angus Deaton y su colega Anne Case. Hace dos años encontraron que, después de continuas mejoras durante décadas en la expectativa de vida en EE.UU., la mortalidad de los estadounidenses de raza blanca y de edad media empezó a incrementar notablemente en años recientes. Las causas sociales son complejas, pero entre las causas próximas está la sobredosis de drogas.
Analgésicos poderosos como OxyContin han mejorado las vidas de millones de personas de manera legítima. Como muchas drogas, también se puede abusar de ellas. A medida que el abuso de tales opioides recetados aumentaba, el Gobierno Federal empezó a restringir y criminalizar su uso excesivo. Esta respuesta tuvo un efecto predecible pero trágico. La restricción de opioides recetados redujo su oferta legal y aumentó su precio en el ‘mercado negro’. Eso fomentó el consumo de la heroína, más barata en el comercio ilegal.
En gran medida, la crisis de sobredosis de opioides se debe a las malas políticas del Gobierno Federal. Y uno de los grandes problemas de los ‘mercados negros’ es que no se puede recurrir al sistema judicial o a controles de calidad o de contrato, como ocurre en el mercado lícito. Es difícil y frecuentemente imposible estar seguro de la potencia y pureza de la droga comprada en el mercado ilícito. Las muertes por sobredosis se deben precisamente al hecho de que las drogas se trafican en el ‘mercado negro’.