Con licencia para matar
REDACCION EL MUNDO | 6/15/2017, midnight
Hay más de mil millones de fumadores en el planeta. El 80% provienen de países con ingresos bajos y medios
El tabaco es una de las peores amenazas para la salud pública. Cada año mata a 7 millones de personas en todo el mundo. De las cuales, alrededor de un millón son fumadores pasivos. Aquí radica la importancia de tomar conciencia de lo dañino que puede resultar para el organismo.
El cigarrillo es tan nocivo para la persona que fuma, como para la que está expuesta a su humo. En los adultos causa enfermedades cardiovasculares y respiratorias y hasta 17 tipos de cáncer, siendo los más frecuentes: pulmón, lengua, laringe, cavidad oral, esófago y vejiga. Mientras que en las embarazadas provoca pérdidas espontáneas, predisposición genética al tabaquismo y bebés con bajo peso y síndrome de abstinencia.
Los efectos negativos provocados por el cigarrillo no solo se manifiestan en los adultos, también en los adolescentes: mal aliento, dientes amarillos, dependencia, dolor de garganta, tos, dificultad para realizar deportes e infecciones respiratorias recurrentes, tal como lo demuestran múltiples investigaciones médicas. Estos mismos reportes advierten que el humo del cigarrillo está asociado a más de 4,500 sustancias químicas, de las cuales 250 son nocivas y 60 favorecen el desarrollo de diversos cánceres.
Por todo lo anterior, las autoridades de salud aconsejan dejar de fumar, ya que por sentido común es la decisión más saludable. Sin embargo, lograrlo no es sencillo. La nicotina es más adictiva que la cocaína y por eso la persona necesita prepararse para abandonar este hábito. Dos semanas es un tiempo prudente. En este lapso, el paciente debe buscar el apoyo de la familia, compañeros de trabajo y amigos, diseñar una red de contactos que lo distraiga cuando sienta que puede recaer y eliminar de su entorno cualquier producto asociado al consumo del tabaco (ceniceros y encendedores).
El tratamiento del cáncer de pulmón del fumador es multidisciplinario. Si se diagnostica en estadio temprano es quirúrgico y con potencial de curación. Si está ligeramente avanzado la persona recibirá quimioterapia, radioterapia, se le realizará una cirugía y se le dará terapia biológica. Los fumadores responden mal a los tratamientos en comparación a los no fumadores con cáncer al pulmón. El tratamiento en estadios no quirúrgicos es por lo general paliativo y resulta caro por el costo económico y social.